Freak top: pop/rock stars y videojuegos (I)
La relación entre videojuegos y estrellas del pop no se limita a los Guitar Hero, Rock Band o juegos de baile varios. Antes de esta masiva moda, famosos personajes de la música protagonizaban o participaban en títulos que a veces rozaban el surrealismo más absoluto. Otras veces su participación se limitaba a la banda sonora o simplemente protagonizaban un cameo, o todo a la vez. E incluso dudo que fuesen informados de su implicación en más de una ocasión. Algunos (especialmente en esta primera parte de la lista) son horribles a todos los niveles, pero merece la pena echarles un ojo (y ya: jugarlos sería un suicidio).
10. Serie Make My Video: INXS, Marky Mark and the Funky Bunch, Kriss Kross (PC, Mega CD, 1993).
Digital Pictures era una compañía especializada en el lanzamiento de juegos con la técnica Full Montion Video, que básicamente prometían gráficos realistas (grabaciones con cuatro duros y calidad de imagen ínfima) y lo que realmente había era una experiencia de juego (por llamarlo de alguna manera) con interactividad nula. La dicha compañía se especializó en PC y ese engendro llamado Mega CD que se especializó en este tipo de juegos (y así acabó). En este caso al menos simplemente se basaban en editar vídeos de bandas que se quedaron en one hit wonder (salvo INXS quizás). Entre las limitadas opciones y que cada cd solo contaba con tres vídeos, pues ya os imagináis el nivel de diversión que proporcionaban. Por supuesto supusieron un fracaso a nivel comercial. Para quien no solo sepa Marky Mark era el pseudónimo de Mark Wahlberg. Sí, tuvo su (breve) carrera como rapero.
9. Britney Spears en Britney’s Dance Beat (PS2, PC, GBA, 2002)
Un juego donde ella es la que domina el cotarro (no como en su carrera y vida). Tendrás que superar diferentes audiciones que te imponga Brit para ingresar en su cuerpo de baile, mientras recibes comentarios de ánimo o de crítica (tela que te lo diga ella cuando su sentido del ritmo es de traca). Pero no esperéis bailar sobre una de esas famosas alfombras, todo es a base de mando, tirando a la basura cualquier atisbo de diversión más allá de la media hora. Además, solo contaba con cinco temas, cuando por 2002 Brit ya había cosechado diez hits bailables (sin contar los no singles).
8. Journey en Journey Escape (Atari 2600,1982) y Journey (Arcade, 1983)
La conocida banda de rock de estadio que ha resurgido con Glee fue la primera incursión de estrellas de la música en el mundo del videojuego. Podía haber sido peor. El primero de los juegos se basaba en esquivar a ritmo alocado a grupis, fotógrafos y demás fauna del mundo del rock (o eso nos contaban, porque podrían ser hare krishna y nos lo hubiésemos creído). El siguiente título apareció en los salones recreativos y mostraba a los miembros con sus rostros digitalizados sobre cuerpos extremadamente pixelados, completando sencillos minijuegos a ritmo de los éxitos de la banda (maravilloso sonido 8 bits). Curioso y gracioso, sin más.
7. 2 Unlimited en Bio Metal (SNES, 1993)
Su participación se limita a la banda sonora, pero ya sabéis como defendemos el dance-techno negroide de principios de los noventa. Supuestamente la banda sonora de la versión japonesa del juego no iba a convencer al público occidental, por lo que pidieron a los creadores de ‘No limit’ que compusiesen una más acorde con nuestros gustos. Tralla malaya en un shooter del montón.
6. Samantha Fox en Samantha Fox Strip Poker (C64, 1986)
El nombre lo dice todo. Una de las cantantes más exuberantes (físicamente hablando) de los ochenta también tuvo su videojuego que se basaba en intentar ganarla al poker y poder contemplar sus enormes encantos pixelados. Como era de esperar, el título era malo de solemnidad, incluso para quien le guste el juego de cartas original. No obstante la presencia de la intérprete de ‘Touch me’ (chochi-hit ochentero absolutamente defendible) resultaba lo suficientemente atractiva tanto para heteros como para gays encubiertos (el público homosexual no era un target oficial en los videojuegos). Cada uno con sus motivos, claro.