Auto-Tune: ¿a la hoguera o a un altar?
De primeras hay que aclarar que el Auto-Tune y el vocoder no son lo mismo. A muchos les parecerá evidente, pero para otros no les será raro confundir conceptos. El vocoder es la comúnmente llamada ‘voz de robot’, también asociado a los términos ‘guitarra parlante’ y ‘teclado parlante’. El auto-tune se utiliza para corregir el tono de la voz, aunque a veces sea llevado hasta el extremo para generar distorsiones vocales muy remarcadas.
El origen de este recurso data de 1997, cuando un ingeniero especializado en el análisis de datos sísmicos se puso manos a la obra para crear un programa que corrigiese en tiempo real las imperfecciones de la voz. Un año después el productor Mark Taylor se agenció este aparatito, se lo encasquetó a Cher y abracadabra ya teníamos el hit internacional ‘Believe’. Porque aunque muchos penséis que quizás hubo otro tema antes que el de la multi-operada cantante, quizás uno poco conocido o con un uso de la herramienta más moderado, os equivocáis. Ella fue la primera: y vaya manera de inagurarlo.
Lo normal al empezar a utilizar cualquier nueva herramienta (en arte o en otro ámbito) es hacerlo de una manera comedida y hasta cierto punto, con miedo y cautela. Taylor y Cher decidieron abrir la veda desde el exceso, cuando la finalidad principal de su creador no era para nada lo que bailábamos hasta la extenuación allá por 1998. Por supuesto que el auto-tune también se utilizaría para simplemente corregir desafinaciones, pero el alternativo uso que había surgido a última hora cambiaría parte de la música de la última década.
Madonna, siempre a la última (antaño al menos), casi se arranca el pelo a mechones al descubrir que una diva-pop (más) carca se le había adelantado, por lo que explotó hasta lo indecible el recurso en el infravalorado Music, por otra parte de manera más sabia. Pero aún así, el debate estaba sobre la mesa. Y a dos bandas por si fuese poco.
¿Es peor modificar sin pruebas visibles (audibles en este caso) o experimentar con descaro y sin reparo alguno para mostrarlo? Es decir, ya no solo hablamos de modificar la voz, también de llevarla al ámbito de lo imposible. De alguna manera el ‘modo Cher’ deshumaniza la música pero al menos se descubre como más sincero que emplearlo simplemente de corrector, algo que de primeras no resulta tan evidente, por lo que siempre podremos pensar lo bien que canta Janet Jackson cuando en realidad desafina como perra en celo. Una tomadura de pelo, vamos.
Además, el ‘modo Cher’ puede considerarse como un ‘instrumento’ más, un recurso que añade matices a una canción, como cualquier otro. Cuando se comenzaron a utilizar sintetizadores muchos puristas no eran de la opinión de que la música de bandas como Kratfwerk o Depeche Mode podía catalogarse como tal. Todo es acostumbrarse, pero también debemos evitar esto se convierta en el pan de cada día y al final no podamos disfrutar con una voz natural, sin florituras, sin artificios.
jarto