Reivindicando… la faceta pop de Mike Oldfield
Lo reconozco, Mike Oldfield es un must de mi infancia gracias a mis hermanos mayores. Cuesta reconocerlo cuando llegas a determinada edad y te mueves por ambientes y conversaciones donde aparecen nombres como Animal Collective, shoegaze o escenario Pitchfork. Decir que Tubullar Bells es una buena obra puede provocar miradas de extrañeza, pero tiene un pase. Que te guste su faceta más pop supondrá un ’quince minutos’ sin amigos en la Nasti. ‘Moonlight shadow’ podría ser la excepción por su ramalazo kitsch de M80, que en ciertos contextos (pocos) puede ser reivindicable. ¿Pero y si nos referimos a ‘Family man’ o ‘To France’? ¿O a canciones desconocidas para el gran público como ‘Magic touch’ o ‘Holy’? Sus nombres no os dirán demasiado, pero escuchadlas y veréis lo que es bueno (y hortera). Suenan más pasadas que las Vans de cuadraditos, y aún así cuentan con un encanto irresistible para aquellos que vivimos o revivimos los ochenta. Para los que el mundo empezó con ’Take me out’ probablemente vomitarán su primer botellón.
Oldfield siempre se caracterizó por un exceso de producción e instrumentos, donde la guitarra tenía el protagonismo estelar. Como Santana, que las mete con calzador en cuanto te descuides, pero sin querer resultar tan virtuoso y pedante. Los vientos, las campanas (como no), las cuerdas, los arreglos electrónicos… no tenía ningún tipo de reparo al incluirlos en plan batiburrillo.
Tema aparte eran los featuring, con especial fijación por aquellas inconfundibles voces y con tufillo de los ochenta más etéreos y/o épicos. Bonnie Tyler en ese baladón de tomo y lomo que era ’Island’ (’we are islands, but never too far’: tela) o Jon Anderson de Yes en ‘High places’ o ‘Shine’, que ya ‘gozaban’ de toda la esencia de la década para además acompañarlas con interpretaciones excesivas no, next level. Quizás por ello contó con la presencia de la más comedida Maggy Reilly para sus mayores hits (si no nos hubiésemos suicidado esnifando tres botes de laca Nelly).
La cosa cambia cuando Kanye West toma un sampler de la mencionada ‘High places’ para su último y gran MBDTF. ¿Mike Oldfield entonces ya sí que mola? Más bien se trata de que Mr. Ego no entiende de prejuicios, algo de lo que muchos podíamos aprender. Os dejamos con una lista de spotify que incluye unos pocos temas pop (su catálogo está algo capado), donde podréis comprobar la capacidad melódica del inglés y, sí, su talento. A su modo, pero talento al fin y al cabo.
jarto