Britney Spears – Femme Fatale

Una portada tan fea, un primer single perezoso y un título tan manido no auguraban un nuevo Blackout. Ni siquiera un Oops… I Did It Again. Britney se ha acomodado y ha escogido el camino más predecible a día de hoy para una popstar: Dr. Luke (la otra opción es RedOne). Traduciendo, nos encontramos con un sonido generalmente vulgar, con sintetizadores de corte bakala, bases machaconas y Auto-Tune hasta en la sopa. El solicitadísimo productor se ha convertido en la pesadilla de cualquier amante del pop mainstream, poniendo el piloto automático y despachando como churros canciones clónicas. Y pensar que Xenomania o William Orbit fueron excluidos del proyecto…

Como era de esperar, en Femme Fatale encontramos guilty pleasures y temas que no valdrían ni para una cara b. ‘Hold it against me’ tiene un sonido tan chusco que ni David Guetta lo firmaría, pero gracias al ramalazo dub-step final se salva por los pelos (anécdota: el estribillo es igual a ‘Shattered glass’ de Circus). Con ‘Til the world ends’ sucede tres cuartos de lo mismo: no pulsamos skip porque cuando llevamos dos minutos y pico de indiferencia y oh-ohs varios la de Misisipi nos compra con una melodía absolutamente pop e irresistible (¿’keep on dancing til the world ends’?: auténtica filosofía de vida). ‘Inside out’ cuenta con una cadencia sonora atrayente y algunos interesantes arreglos, aunque Brit suelte un ‘come ooooon!’ que nos haga querer haber nacido sordos. Los silbidos de ‘I wanna go’ provocan cierta vergüenza ajena, pero el estribillo tiene el punto justo entre diversión y brazos apuntando al cielo. ‘How I roll’ entretiene sin mayor pretensión que la de pasarlo bien, mientras que ‘Trip to your heart’ resalta por la curiosa mezcla entre delicadeza y espíritu bakala (Bloodshy & Avant al rescate).

El resto de temas van desde lo regular a lo horroroso. En ‘Big fat ass’, Will.i.am cree que Britney es Fergie y la enfunda en un traje de prostituta barata para cantar (o algo así) un engendro a la altura de ‘The time (dirty bit)’.  ‘Criminal’ no es que tenga un aire a ‘All good things (come to an end)’, es que son primas hermanas, en este caso explicándole a mamá lo mucho que quiere a su maromo aunque no sea el ejemplo de novio perfecto (en plan ’Papa don’t preach’ pero sin embarazo y sin gracia). ‘Gasoline’ o ‘Trouble’ tampoco juegan a su favor, con melodías más vistas que el tebeo y una producción de la que mejor nos olvidamos.

Femme Fatale demuestra lo que todos nos temíamos: Britney ha cejado en el empeño de ser Madonna y ahora se ha convertido en Katy Perry. A pesar de sus detractores, en general sus discos han funcionado como tales, no solo como un par de singles con pegada. En este caso ni los singles matan, pero convencen al que busque sensaciones pop sin ningún tipo de trascendencia. Pero es que además hablamos de un trabajo poco personal, sin ningún tipo de implicación por su parte y sin hits a la altura de sus clásicos. Al menos no supura la pretenciosidad de otras coetáneas (no digamos nombres). Y seamos sinceros: al final volveremos a darle al play.

Puntuación: 5,75/10 | Escúchalo: spotify

jarto

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