Cold Cave – Cherish The Light Years

Cold Cave lanzaron en 2009 uno de los debuts más astutos de los últimos tiempos. Love Comes Close podía contentar tanto a los buscadores del hype de la escuela de Editors como a los amantes de la new-wave que se arrodillan ante el legado de Ian Curtis o se saben de pe a pa todos los discos legendarios de The Cure. Todo ello sin que suene a refrito barato y homenaje vacuo de los que pululan diariamente por la NME. Por ello esperábamos con ansia esta secuela de marcado carácter continuista, aunque con suficiente entidad propia para no pecar de reiteración y falta de inspiración.

En ‘The great pan is dead’, primer tema, mencionar a The Cure es tan manido como imprescindible; y es que hasta juraría que cuenta con un sampler de ‘Plaingsong’ de Desintegration (tema que por cierto también abría el disco). ‘Pacing round the church’ y ’Catacombs’ se presentan abrasadoras y como toda una declaración de intenciones de lo que nos vamos a encontrar en Cherish The Light Years. La vena salvaje y sintética continúa en el grueso del mismo, alzándose como uno de los pilares fundamentales de la obra. La presencia incorpórea de los de Robert Smith con un extra de anfetaminas sigue vigente en buena parte del largo, aunque vayan serpenteando entre otras bandas de la época como Suicide e incluso The Human League (’Confetti‘).

‘Underworld USA’, ‘Burning sage’ y ‘Icons of summer’ sacan a relucir el lado más techno-pop de tintes intrigantes y oscuros, cercano a unos Depeche Mode de corte visceral. Los riff de sintetizador de raíces orgánicas acompañan a la perfección el caótico conglomerado de guitarras y baterías, con licencias como una desconcertante trompeta en ‘Alchemy on you’. La formula funciona y engancha, lo que unido a la tensión y claustrofobia del conjunto conforma un disco fácilmente asimilable pero no apto para todos los paladares.

Cold Cave es una banda con las ideas claras, que sabe lo que quiere y lo mejor de todo, lo consigue. Nueve canciones sin casi relleno que se balancean entre la tradición new-wavera y los tiempos que corren, cogiendo lo mejor del pasado y del presente y llevándolo hacia el futuro. Otras bandas podrán innovar más, pero a la semana siguiente a ver quién es el guapo que se acuerda de ellas. Los neoyorquinos se aferran a un clavo, su clavo (de doble grosor), que como ya atestiguamos con su primer álbum sabrá mantenerse firme sin atisbo de oxidación.

Puntuación: 8/10 | Escúchalo: musikorner

jarto

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