Concierto de Le Corps Mince de Françoise en Nasti
Con la alegría de un infante recibíamos la noticia de que las finlandesas iban a visitar la ciudad de Madrid como parte de su gira europea. Gracias a Fikasound las hermanas pudieron aterrizar en la capital para mostrarnos su disco debut Love And Nature después de varios años y varios singles a sus espaldas. Una vez más, el norte de Europa se situaba en el mapa aunque su estilo sea mundialmente reconocido por los seguidores de la música independiente.
Con la preocupación en el cuerpo, vimos la sala a primera hora bastante vacía y temerosos de que LCMDF no tuviera el poder de convocatoria esperado, de hecho en la hora oficial prevista, aún estaban ensayando. Unos pocos fuimos, no obstante, testigos de la visión previa al concierto, sintiéndonos privilegiados de verlas en la ‘intimidad’ errando, probando, riendo y preparándose para la acción. Tras el ensayo subieron al escenario Los Lagos de Hinault, quienes también parecían preocupados por la falta de público. Finalmente y con un buen retraso sobre la hora marcada, los madrileños fueron los encargados de romper el hielo a la noche pop, esto sí, con mucha más afluencia de público.
Los madrileños se subían al escenario para presentar lo que será su disco de debut en vinilo Vidas Ejemplares tras un single editado en 2010 en el sello americano Cloudberry Records. El dúo compone canciones herederas de la época dorada del poppy español que nos remiten a nombres como Niza, Vacaciones o Dar Ful Ful y que podríamos comparar con los actuales Band à Part en un intento por recuperar, si alguna vez se ha ido, la época pop de melodías ñoñas, efectivas y positivas, cantos aniñados y letras que nos cuentan esas situaciones sencillas del día a día pero que nos afectan. Los temas se componían por una base rápida electrónica sobre la que se superponían la voz grave de él y la melodiosa voz de ella. A través de la guitarra y el bajo, Los Lagos de Hinault fueron hilando una canción tras otra de similar factura pero de simpáticas y amables melodías que nos hicieron la primera hora de la noche muy amena.
Le Corps Mince de Françoise pisaron fuerte el escenario ante un público más numeroso y hambriento del desparpajo y los beats de las jóvenes finlandesas. Y no defraudó. Comenzó rabiosa Emma con el tema ‘Ghandi’ que calentó el ambiente con unos cuantos chillidos de guerra. Mia, por su parte cedía el protagonismo a su hermana y se encargaba de la parte musical y técnica, al mando del ordenador para poner en marcha las bases, guitarra colgada al hombro y frente al micrófono y teclado. Más tarde nos pudimos enterar que el batería permanecía convaleciente en casa con dos costillas rotas.
Tras el subidón, ‘Cool and Bored’ puso la parte pop al concierto, con una guitarra de Mia bastante bien tocada. Le siguió ‘Time (Have I Lost My Mind)’ donde Emma hacía alarde de una actitud chunga ante el escenario como una rapera noventera acorde con el estilo de la canción. Poco a poco veíamos como Emma tomaba el control del espacio, hablando entre canción y canción, haciéndonos reír y sintiendo lo cómoda que se encontraba en la sala o «room» como más tarde la calificaría. Con ‘Take Me to the Mountains’ el concierto alcanzó el segundo punto álgido tras ‘Ghandi’ y fue cuando el baile y las caras de felicidad se hizo generalizado en toda la sala. ‘Pumping Heart Shaped Thing’ sonó de escándalo y sacó el vozarrón que Emma guarda en secreto, como si tuviera una Bett Ditto dentro. El concierto transcurría con el júbilo del público, la timidez y el virtuosismo a los aparatos y a la guitarra de Mia y con la alegría desbordada de Emma quien recorría sin cesar el escenario, se dirigía al público y a las cámaras con mucha pose, comentando entre canción y canción sus peripecias en los directos de París y alabando al público español como palabras como «You are super», gritando: «¡Madrid!» (claro y manido recurso en escenario) pero que, sin embargo, nos hacía sentir su felicidad del estar ahí y ahora. ‘Bitch Life’ y ‘Future Me’ pusieron el punto y final a la velada con un buen sonido, la constatación de que Mia es una músico excepcional y que la habilidad de Emma para moverse en el escenario y llevarse al público al bolsillo es más que envidiable. Esto, más un bis, aplausos, pitidos y un «You are good, you are pretty good, I love you» nos dimos tan contentos y satisfechos a casa o a seguir la fiesta.
Cicuéndez
Fotografías: Jan Wirelegs