Hindi Zahra en el Teatro Lara

El debut de la artista marroquí afincada en Francia pasó inadvertido en nuestro país, con escasas crónicas y calificaciones sobresalientes. Este concierto suponía su primera visita en Madrid y la segunda española, tras tocar en septiembre del 2010 en el BAM de Barcelona. Las previsiones de un concierto en “petit comité” aumentaron al haberme podido comprar una localidad céntrica a menos de un mes de la cita. No obstante, el resultado fue absolutamente alentador con un teatro formidablemente lleno. Fuimos obsequiados con un elaborado dossier envuelto convenientemente, donde se nos narraba todas las peripecias y aventuras por las que organización SOS Galicia había luchado, supongo que por el batacazo de la no realización de su convocatoria 981Festival (una gran pérdida, todo sea dicho).

El concierto comenzó tarde y es probablemente el gran fallo de esta ubicación, su mala gestión de horarios, ya que el teatro Lara puede presumir de una acústica fabulosa. En torno a las 23.15 se mostró una tímida Hindi Zahra, con un atuendo entre occidental y marroquí. Nerviosa, nos cantó una capela una leve melodía que afirmaba haber sido inspirada por la propia ciudad. Le costaba contralar la voz, ya fuese parte debido a la contribución emocional del momento, o quizás también por no tratarse de un tema previamente ensayado,  pero el público respondió efusivamente. A continuación, apareció en el escenario la banda completa que acompañaba a la singular cantante. Una batería al uso y otra de percusiones, dos personas destinadas a cuerdas de guitarras varias y una corista.

La expectación era apabullante, a pesar de que múltiples personas del aforo denotaban no conocer a la artista. ‘At The Same Time’ y ‘Beautiful Tango’ fueron el pistón de salida de una experiencia reveladora. Porque Zahra no se limitó a coquetear con su repertorio debutante, sino que para la sorpresa de todos, defendió y engrandeció con autentica maestría su multicultural propuesta. Su mar de sonidos etnicos, jazz, rock, música bereber, blues o bossa nova sonaba cohesionado e intenso y maximizaba los códigos del disco. Zahra dominaba la tensión de su voz cautivadora y entrañable, a la vez que controlaba el entusiasmo que vivían los espectadores, totalmente ensimismados. Muchas de los temas fueron notoriamente alargados a través de loops instrumentales combinados con la voz de la corista y la propia cantante. Hindi entraba en trance, en ocasiones incluso parecía poseída por el ritmo de las percusiones y este fervor fue calando en el aforo. ‘Oursoul’ o ‘Kiss & Thrills’ sonaron místicas y apoteósicas. Fuerza, atracción, efectividad, carácter, alegría, júbilo. Con ‘Stand Up’, el público se levantó y bailaba, aplaudía efusivamente,….  una explosión sonora increible. Un servidor llorando de alegría.

Finaliza la primera parte, y obviamente, el aforo quería más. Al coro de aplausos y pataleando el suelo, el teatro Lara temblaba. Hindi nos honró con su single, ‘Fascination’ y un tema nuevo, que afirmó no tocar en salas donde no se sintiese cómoda, ligado a su pueblo natal. Sóla ante el escenario, la emoción del momento fue tal, que no supo acordarse de los acordes de la guitarra y se animó a cantarlo a capela, tras disculparse. Todo una artista humilde, sincera y humana. Y no sólo eso, fue el mejor concierto que he tenido en todo lo que va de 2011.

Puntuación: 10/10

Tito Manu

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