El supuesto triunfo del indie patrio en listas de ventas

manel

Últimamente estamos asistiendo a un hecho insólito en las listas de ventas españolas: la enorme presencia del factor indie (otro día ya nos pondremos a diseccionar qué es indie y qué no). La primera banda que os vendrá a la cabeza será Manel, casi con total seguridad. Los catalanes coronaron el número uno durante varias semanas y todavía se mantienen en lo más alto. Muchos pudieron pensar que a la segunda semana pegarían el bajón y así sucesivamente, pero para su sorpresa no ha sucedido cómo se esperaba. Christina Rosenvinge o Nacho Vegas también han conseguido su mejor posición en años, y casi con total seguridad próximos lanzamientos como Russian Red o Vetusta Morla alcanzarán el podio de honor.

¿A qué se debe este cambio? Tampoco hay que ser tan optimistas del todo: España sigue ‘gozando’ de una cultura musical que haría sonrojar desde Los Brincos a McNamara. Las ventas de discos en nuestro país son de risa, y la fidelidad de los consumidores de triunfitos y gitanadas es como la de Joan Collins con los hombres. Los compradores de música indie en cambio sí que destacan por gastarse las perras (al menos en mayor medida), por lo que ahora les es más fácil alzar a lo más alto a su grupo favorito.

Sin embargo asistimos al otro lado de la balanza: Triángulo de Amor Bizarro siguen sudando para entrar entre los cien más vendidos; Punsetes casi ni se lo plantean. Mantenerse es una utopía, por descontado. Algunos dirían que los que venden son los indies de ‘medio lado’. Hablamos de bandas que aunque no suenen en los 40, sí que les puedes ver y escuchar en el canal de la misma emisora o en Kiss TV. Es decir, no son vox populi, pero casi. Y cada vez tenemos más representantes (lo que no agradará a más de uno). La música ’choni’ en cambio se está quedando sin referentes y por eso Pablo Alborán triunfa tanto, ya que no hay demasiadas alternativas en los tiempos que corren. Y repetimos: el público comercial es de fidelidad nula. Por eso un disco de Andy & Lucas no vende (ni en proporción con las ventas actuales) lo mismo que hace años.

Por otra parte, lo normal es que, como muchos esperaban de Manel, los trabajos de origen indie se desmoronen a la segunda semana. La causa, aparte de una fidelización a corto plazo y muy poco extensiva, se debe entre otras cosas a la falta del concepto single. Recordemos a La Casa Azul y su último disco: entre ’La revolución sexual’ y ‘Esta noche ellas cantan para mí’ pasaron meses y meses, y no se publicaron más singles.  Ejemplo como éste hay cientos (que incluso lancen un solo single y que el clip se estrene cuarto de año después). Aunque en la radio no los pinchen, las mencionadas televisiones y otros medios digitales sí que se pueden hacer eco del vídeo. Y no, no hace falta marcarse un ‘Bad romance’ o similar (que se lo digan a Manos de Topo con su ya mítico ‘Es feo’). En Estados Unidos se potencia bastante más este aspecto, y aunque no se incrusten al top 10, sí que puedes ver a este tipo de bandas entre los cuarenta o cincuenta primeros.

El boca a boca puede funcionar, como Manel y su asentamiento en los puestos más altos; o también celebrar conciertos como si no hubiese un mañana (Love of Lesbian), lo que por otra parte tampoco asegura las ventas físicas o digitales. Hablamos de claras excepciones, que a veces tienen resultados y otras se quedan a las puertas del cielo. Está claro que hoy en día los artistas indies nacionales se dan a conocer y se mantienen especialmente por sus directos, pero un poco más de constancia en la promoción por parte de las discográficas sería una de las claves para el definitivo triunfo. Poco a poco; lo positivo es que las cosas (parece que) están cambiando. Recemos un par de padres nuestros, tengamos paciencia y veremos los frutos. Salvo que seas de los que odian a los grupos que pasan del anonimato a la cierta popularidad, of course.

jarto

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