Reivindicando… la actitud vital de Katy Perry
Los singles de Katy Perry son como el pegamento de barra: al principio se adhiere pero al poco tiempo se despega y a ver quién es el guapo que vuelve a él. En la mayoría de los casos porque el siguiente éxito sustituye al anterior (así de carpe diem es el mundo del pop). Además aportan bien poquito (siendo generoso) al decadente panorama mainstream actual: las melodías generan una sensación de deja vu constante, la producción es la misma que la mitad de la lista Billboard 100 y las letras suelen provocar vergüenza ajena (el ‘boom, boom, boom…’ y ya sabéis lo que sigue, no mintáis). Pop de usar y tirar para alegrarnos las borracheras más desconcertantes, aquellas en las que vomitas (literalmente) sobre el postureo y las gafas de pasta, y al día siguiente compensas escuchando en bucle a Wilco.
Lo que hace a su música tan sorprendentemente disfrutable (a pesar de ser una soberana mierda) es su actitud tan desenfadada, jovial y divertida. Exceptuando sus lapsus ñoños (el increíble, de poco creíble, vídeo de ‘Fireworks’), la Perry sabe como marcarse una buena parranda enseñando escote (escotazo más bien), frotándose con maromos o lanzando nata con sus tetas (sí, es imposible dejar de hablar de ellas). Y lo mejor de todo es que te crees que se lo está pasando teta (basta) en los rodajes o en las actuaciones en directo. Tan bien se lo pasa que le importa un carajo desafinar como una gata en celo. Katy es así: vive para desfasar.
Lo mejor de todo es que no hablamos de otra retrasada mental más (aunque al lado de su amiga Rihanna cualquiera es un lumbreras), sino que es más lista que un zorro, pero aún disfruta de su juventud y está demasiado buena para renegar de una vida tan frívola y escandalosamente placentera (a pesar de estar casada con ese horror que es Russell Brand). Además de comprobar la mentada actitud en su último clip ‘T.G.I.F.’, también podemos constatar lo payasa que es sin hacer ni pizca de gracia; pero es que a ella le suda un pie. Y aún así no podrás dejar de verlo por la cantidad de cameos desaprovechados como Corey Feldman (¡!), Rebecca Black o Hanson. Un despropósito absolutamente adictivo.
Es muy probable que ahora mismo se encuentre tirada en su sofá con una resaca del copón pero cogiendo ya el móvil para llamar a Rihanna y planear el desfás de esta noche. ¿Qué puede que mañana haya un concierto en Wichita? Chica, la noche es joven y la cartera abultada. Parafraseando a nuestros añorados ¿Ves como eres una zorra?, el panorama pop a día de hoy es como una fiesta de fin de curso, no hay atisbo de talento, pero oh dios qué divertido es todo. Amén.
jarto