Bigger than life: Doves – 'The cedar room'
Doves pudieron llenar estadios pero Coldplay siempre estaban ahí para chafarles la jugada. Lanzaban disco de manera simultanea hasta que ya en el tercero vislumbraron que ese no era su camino y tiraron por la sobriedad en vez de por la grandilocuencia. Sí, eran brazos hacia el cielo, mecheros encendidos (los móviles aún no les habían usurpado el sitio) y cantar a modo de coro, pero no se acercaban al ridículo como otras bandas de similar pelaje. Escogemos su primer himno ‘The cedar room’, preteneciente a su debut, pero en el segundo disco podemos encontrar unos cuantos más que dejarían en bragas a la mayoría del stadium-pop actual. Siete minutos y pico (cuatro y medio en el single) de in crescendo musical que comienza con sirenas de barco para evolucionar hacia una amalgama de guitarras expansivas y terminar con una acústica que se traduce en un ‘después de la tormenta llega la calma’. Y la voz de Jimi Godowin pone los pelos de gallina, como siempre. En realidad, se merecen un ‘Reivindicando a…’ en breve, porque es una pena que un grupo tan bueno y accesible sólo triunfé en Reino Unido y en España sólo nos hayamos tragado toda la morralla post-punk de las islas.
jarto