John Maus – We Must Become the Pitiless Censors…
John Maus suena tan Ariel Pink que es dificil que no se le haga caso. De hecho ha colaborado con él en un par de álbums y fue muy responsable de su sonido en los discos Underground de 2009 y Loverboy de 2002. Ya ha llovido desde entonces y en 2006 ya era hora de que el bueno de Maus sacara algo en solitario como lo hizo como Songs (remezclado por Ariel Pink, por cierto). El último estallido musical es el que os presentamos y con el que John Maus se sumará a la «masa» de público indie ávido de nuevas emociones musicales.
John Maus consigue atraeros, emocionarnos y aportarnos algo nuevo a nuestras cotidianas vidas musicales. Las palabras lo-fi, psycodelia o sintes ochenteros se suman más que nunca a nuestro vocabulario y se enfrentan a otras como revival, retro y deconstrucción musical. Gracias a las torsiones melódicas, envenenados teclados sintéticos y un sonido tan cinematográfico de ciencia ficción, John Maus nos acerca a un mundo paralelo donde es posible soñar con alegres teclados como en Streetlight y lánguidos paseos lunares en Hey moon o bajar a los infiernos con su poderosa voz gravísima y fantasmagórica en Quantum Leap y Head of the Country. No es casualidad que esas voces se asemejen a los cantos gregorianos y voces eclesiásticas además del uso del clavicordio, ya que John Maus admite ser un apasionado de la música de la Edad Media.
Así, entre temas llenos de sintes y melodías que miran al universo, John Maus crea himnos pop accesibles y redondeados con una facilidad -no siempre fácil- de crear buenos temas. Keep Pushing On suena tan Moroder que se acepta como himno bailable del disco a pesar del recurso de baja fidelidad que impera en todo el disco y Believer es sin duda el himno pop del disco que inunda de bajos y una estela de sintes que llena de infinito optimismo nuestros oidos y que encima nos hace bailar. John Maus le da a todo, y todo los retuerce y pasa por la batidora de una época que hoy en día queda como nostálgica e ingenua. Cop Killer le da a la época ochentera casi gótica o And The Rains y The Crucifix se muestran como protoexperimentos de un minimal wave algo patoso pero que reluce a cada instante con lo fresco de aquello del «hazlo tú mismo».
Sin duda, un disco bien hecho, sin relleno y directo a un estilo de hacer música, que aunque ya lo oímos con Ariel Pink, necesita de un artista que lo pusiera en el altar de lo mejor.Todos los temas merecen pues su entera escucha por los momentazos que cada uno esconde en su interior, sino te puedes quedar en el envoltorio. La única pega es el tan manido recurso lo-fi y que deja algunos temas a medio gas pero que tan solo deja de ser una pequeña anécdota en la totalidad del disco. Dale al play y deja dejate llevar por John Maus y volvámonos los implacables censores de nosotros mismos.
We Must Become the Pitiless Censors of Ourselves está publicado por Upset The Rythm
Puntuación: 8,5/10 | Escúchalo: Spotify
Cicuéndez