Sonorama 2011: crónica del jueves y viernes
Un año más uno de los festivales más concurridos del verano vuelve con un cartel con lo que más pega del panorama nacional indie (y no tan indie) y algún retazo internacional para completar. Este año, a falta de algún Love of Lesbian o Lori Meyers, el llenazo no se produjo del todo, pero gracias a ello pudimos disfrutar de los conciertos sin morir aplastados.
Con Triángulo de Amor Bizarro como el plato fuerte de un jueves escaso de grandes propuestas, cumplieron como era de esperar con las expectativas de sus seguidores y con los que no lo son tanto. Las guitarras sonaban tan afiladas como siempre y la actitud sobre el escenario de los integrantes sigue marcando la diferencia. El equilibrio entre los temas de su debut y los de su sucesor hicieron vibrar a un público que ansiaba un concierto de esta magnitud en un primer día algo descafeinado.
Los Campesinos! dieron como siempre un correcto directo donde no faltaron los bailes y los excesos gestuales de su cantante. Como era de esperar, los temas más aplaudidos fueron los de su primer disco, especialmente ese ‘You! Me! Dancing!’ que al terminar provocó hordas de gente que se fueron del arenal porque sólo buscaban el hit. Un concierto a tener en cuenta pero bastante intrascendente.
CatPeople tienen un último disco más que interesante, pero lo que nos mostraron fue un show basado especialmente en su segundo álbum. Es normal querer contentar al público, pero también has de confiar en el nuevo material, sobre todo cuando el cambio estilístico ha sido bastante acusado. Incluso interpretaron algún tema de Love Battle con el envoltorio de What’s the Time Mr. Wolf?, para adaptarlo al conjunto. ¿Debería ser al revés? Efectivamente, pero al final manda quien manda.
El directo de Sexy Sadie fue todo lo contrario: un recital para fans. Temas míticos como ‘I won’t hurt you’ o ‘That’s the way I like it’ quedaron en el tintero por otros menos conocidos. Por suerte su profesionalidad sobre el escenario pudo compensarlo, al igual que Delorean, aunque estos no necesitaban compensar nada. Pudimos asistir a uno de sus mejores directos donde cada canción (o viaje musical) convirtió el Sonorama en un desfase de baile y brazos hacia el cielo que nos volvió a recordar porque es uno de los grupos españoles con mayor proyección internacional. Con un show como éste sería lo mínimo. Y para terminar la grandiosa ‘Seasun’ (su mejor canción para un servidor) en una nueva versión que nos hizo quedarnos con ganas de más.
El concierto de Dorian se sostuvo en los mejores temas de La Ciudad Subterránea, un disco con dos años que quizás no supone precisamente la excusa perfecta para volver a girar por festivales. Pero ellos tienen su público y lo que ofrecieron fue un show conciso pero efectivo donde se corearon casi todo el setlist como si fuese el ultimo concierto de la historia. ‘A cualquier otra parte’ triunfó como era de esperar y una innecesariamente eterna ‘La noche espiral’ lastró el concierto en el tramo final. Disfrutables, pero ya es hora de un cambio.
jarto / foto: El País