I Break Horses – Hearts
Más de uno habrá pensado que I Break Horses rezumarían Smog por los cuatro costados por tomar prestado el título de la canción del ex-proyecto de Bill Callahan. Pues nada que ver, oigan. Lo que tenemos entre manos es un nuevo dúo chico (instrumentalista) y chica (voz), Fredik y Maria, de origen sueco, que se aventuran en el shoegaze y derivados como muchas otras bandas de un tiempo a esta parte. Ya se sabe, los noventa mandan. Si hace poco comentábamos el debut de Pure X, que aportaban los aires lo-fi al género, en este caso podemos hablar de un mayor peso del dream-pop y la inclusión de muchos matices electrónicos (no en vano, el primer single ‘Winter beats’ ha sido remezclado por Tom Rowlands de Chemical Brothers).
El mentado single es sin duda la mejor carta de presentación de Hearts, un disco donde capas y capas se acumulan para rodear melodías sinuosas con atmósferas espesas e hipnóticas. El shoegaze es el lazo de unión entre las mayoría de canciones de Hearts, muy evidente en ejemplos como ‘I kill love, baby!’ o ‘Pulse’; pero se pueden ver gotas de otros géneros repartidos por los nueve cortes.
‘Load your eyes’ recuerda a ‘Teardrop’ de Massive Attack en el uso de guitarras y la melodía, aunque con un carácter bastante más expansivo, pero manteniendo la belleza como punto en común. El tema homónimo, ‘Hearts’, utiliza un bucle sintetizado que podría formar parte de cualquier disco de Jean-Michel Jarre (lo que, eh, no es para nada negativo). ‘Wired’ comienza como cualquier clásico de los primeros New Order, mientras que influencias más modernas como M83 y su talante onírico podemos constatarlas en cortes como ‘No way outro’, que cierra el álbum de manera grandiosa.
Los cuarenta y pico minutos que dura Hearts suponen una odisea casi espacial en la que te sumerges casi por obligación gracias a una producción envolvente, exquisita y preciosa. No es de aquellos discos que puedas oír de fondo y mantenerte ajeno mientras haces cualquier otro tipo de tarea. O puede que sí, pero sabes que está ahí, de una manera tanto consciente como inconsciente, y aunque desconectes por un momento, siempre vuelves a él. Algo parecido que podía suceder con grandes del género como My Bloody Valentine o los mencionados Slowdive. Con esto no quiero decir que se encuentren al mismo nivel (recibiría varas palizas, y bien merecidas, si lo hiciese), ya que es una banda que aún necesita cierto rodaje para adquirir mayor entidad propia. Sólo es cuestión de tiempo de que se conviertan en algo más grande.
Puntuación: 8 | Escúchalo: spotify
jarto