Paredes de Coura 2011: Miércoles

Como suele ser tradición en la prensa española, nuestros festivales colindantes tienden a ser menospreciados. Sin embargo, cada vez más el español medio está optando por la emigración a eventos portugueses por una sencilla razón, el precio de las entradas, con 4 citas clave: Tmn Sudoeste, Optimus Alive, Super Bock Super Rock y la más consolidada y mimada, Paredes de Coura. Y es cierto, es en mucho sentidos uno de los mejores festivales de la península con un organización perfecta, una buena satisfacción de las posibles necesidades del campista y una programación siempre atractiva. En esta edición, la pequeña cita portuguesa ha dado un gran estirón casi duplicando el número de artistas programados por edición y tratando de dar oportunidades a artistas extranjeros que apuntan proyección de miras.

Tras los showcases del martes 16 que apenas pudimos ver por el agotamiento del viaje, el miércoles se presentaba como una gran jornada para empezar la cita con buen pie. Fuimos directamente al concierto de Omar Souleyman, y nos encontramos con un escenario inusitadamente entregado. Famoso por su reconocida actuación en el Sónar y sus buenos reintrepretaciones de los temas de Björk, sólo vino acompañado de teclados, y consiguió movilizar a todos los asistentes a base de sonidos techno bollywoodienes efectivos y casposos. Omar, como pez en el agua, animado y enloquecido, todo un logro teniendo en cuenta que nadie conocía su discografía. Bailamos como si de nuestro grupo favorito se tratase. Y a continuación fue el turno de Wild Beasts. Y todos nos preguntamos, ¿a quién se le ocurriría programar un grupo reposado tras una revolución de beats? La formación inglesa buscaba el recogimiento de un público sobreexcitado y un sonido demasiado saturado apantalló un directo que ya comprobamos su buena calidad en el Día de La Música 2011. Independientemente del entusiasmo que pusimos, sólo pudimos disfrutar de ‘All The King’s Men’ y huimos a por condimento cervecil.

Crystal Castles arramplaron el protagonismo de la jornada con un escenario After Hours lleno hasta el límite de lo insospechado. Sin embargo, su concierto de prometedoramente arrollador, desafiante y cohesionado, ya resulta repetitivo, con un set list que permanece impasiblemente idéntico, sin importancia de su locación. Ya ni ‘Baptism’ nos sorprendió. Salir de aquella marea humana supuso un auténtico reto, por lo que decidimos reservar al valenciano Vladimir Dynamo para otra ocasión.

Tito Manu

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