MTV VMA: radiografía del mainstream actual
Un año más, los Video Music Awards de la cadena que antes emitía videoclips se convirtieron en una cita para resumir en una gala como funciona últimamente el panorama musical más comercial. Pues la verdad, la cosa no ha cambiado demasiado respecto a los premios del año pasado o de los EMA. La misma gente, la misma falta de talento, el mismo despropósito.
De primeras el mejor vídeo del año. Ya sabemos que nunca va a ser realmente el mejor vídeo del año, pero en el pasado sí que podíamos esperar cierta calidad. Este 2011 el ganador ha sido ‘Firework’ de Katy Perry. Nos encanta la actitud de la chica ante la vida, pero que se premie un vídeo que ya hizo la Aguilera hace ocho años y mejor, pues dan ganas de empezar a moderse las uñas de preocupación. Efectivamente, son unos premios de mierda, pero los vota el público (en la mayoría de categorías), y aunque no esperas que voten el último de Björk, también esperas de los estadounidenses un poquito más de cabeza (alzan al número uno de discos cosas que aquí ni soñaríamos). Tampoco se sabe si los premios van de vídeos o de música, pero oye, que al final ni una cosa ni la otra.
Por supuesto se pueden salvar ciertas cosas: Adele tiene talento y se merece el éxito que está teniendo; Lady Gaga, por muy mamarracha que sea, es una incansable trabajadora y lo sigue demostrando; Foo Fighters, que ganaron el mejor vídeo rock, mantienen la dignidad que ya les gustaría a otras bandas del género con mucha tontería y poca chicha; Nicki Minaj supura exceso hasta la nausea, pero su disco convence y ella divierte; Kanye West y Jay-Z, con una buena actuación, demostraron que son los reyes del cotarro.
Caso aparte es Britney Spears, una de las personas que más amor y odio genera de toda la pandilla MTV. La casi ya treinteañera (como pasan los años) recibió un tributo por su carrera musical, de vídeos o whatever. Muchos se preguntaban el porqué: fácil de contestar. La aparición de Britney en 1999 supuso un cambio radical en la estructura mediática y musical de la cadena y de la música comercial en general, más incluso que fenómenos fans como Spice Girls o Backstreet Boys. Y aunque desde esta web defendemos el poderío pop de la de Louisiana, Britney tiró por el retrete la cultura mainstream menos pop de los noventa (ejemplo: Nirvana). Así que sí, para bien o para mal, este homenaje estaba más que justificado en este contexto, ya que MTV no sería en parte lo que es a día de hoy si no fuese por Britney.
Y poco más de una gala donde gente insustancial como Chris Brown o Pitbull fueron protagonistas. Está claro que el panorama no es muy alentador, pero, ¿qué esperabas? Vivimos en el mundo de la comida rápida y tan rápido la comes como la cagas. ¿Alguien se acordará de ‘Firework’ dentro de veinte años? Hagan sus apuestas.
dyorch