La insoportable levedad del ‘indie’ patrio de manual
Ayer se estrenó un nuevo vídeo de Supersubmarina ‘Puta vida’. Hasta ahí nada raro. Poca atención le prestamos a este cuarteto de moda, pero nos topamos con un caso especial: han estrenado su nuevo vídeo en Los 40 Principales. Aparte de lo caliente del vídeo (que tampoco es para tanto, como algunos comentan), las verdaderas ampollas han surgido por la vía para promocionarlo. El grupo en su defensa ha declarado que ‘para ser realmente libres e independientes lo primero que hay que hacer es olvidarse de prejuicios, abrir los sentidos y ser selectivo. Da igual los canales, los medios o los emisores… prima la información’. Y tienen toda la razón. La canción sigue siendo la misma da igual donde se estrene el vídeo.
A partir de este suceso se puede comenzar a diseccionar al público fan de este tipo de formaciones (léase Lori Meyers, Love of Lesbian o Miss Cafeina). En muchas de sus cabezas el término indie aparece marcado a fuego y salirse de esas directrices supone una lapidación porque ‘ey, somos alternativos y no tenemos nada que ver con esa basura de los 40’ (que por cierto, ‘alternativo’ no sería el término correcto a utilizar, pero ese es otro tema). Suena tan tópico y manido, pero es tan dolorosamente real. Además, se comportan como si ‘su grupo’ fuese lo más independiente que el mundo ha parido y no hubiese nada o poco más (aparte de coetáneos de estilo similar). Y tampoco es que se molesten en conocer muchas más opciones, como por ejemplo pudimos constatar con Vetusta Morla en el Día de la Música: una buena parte de los asistentes a su concierto sólo fueron a ver al mentado sexteto. Les importaba un pimiento cualquier otro grupo programado (entre ellos The Pains o Yuck). Ni un mínimo de curiosidad por conocer alguna otra banda que pudiese tocar ese día. La falta de sentido crítico también es una cualidad innata: ‘y qué si el último concierto que vi fuese un despropósito, para mí fue genial’. Efectivamente, los talifans no sólo son de Britney o Mariah.
Aquí es cuando piensas: la proliferación y éxito de este tipo de bandas, ¿realmente es favorable para mejorar el lamentable panorama musical español? En verdad los que menos culpa tienen son ellos, que simplemente se dedican a componer e interpretar una música que no es la panacea, a veces chirría bastante, pero al menos sube un poco la media de lo que escucha la mayor parte de la población. La fórmula tampoco es que merezca un exceso de alabanzas, ya que, sin llegar a lo sonrojante, se trata de una música bastante fácil (aunque parece que Vetusta se está distanciando un poco). La cosa es que, al estar rodeadas con un halo de actitudes o estéticas algo fuera del mainstream, la gente que está cansada de Pitbull, pero no escucharía a Mogwai ni aunque le fuese la vida en ello, se agarra a este clavo ardiendo en forma de guitarrazos y flequillo. Y además así se encuentra una autaafirmación de ‘lo alternativa que soy, tía’ al escuchar a Lori Meyers y comprarse un vestido más o menos in en H&M.
Habrá quién vea esto como un ataque. Para nada, que escuchen lo que quieran, pero que no se sientan traicionados si su banda favorita decide promocionarse en un medio más comercial. Que lo vayan asumiendo y que se quiten prejuicios de adolescente wannabe cool: Supersubmarina podrían ser carne de Los 40 con un ligerísimo giro en la programación de la cadena (en la radio, porque el la tv ver vídeos de este tipo de bandas es de lo más corriente). Y si tienes una buena oportunidad para darte publicidad, ¿hay que pedir perdón? (otra cosa es que a posteriori te vendas del todo). Que disfruten de sus bandas favoritas y se despreocupen si son más o menos indies. Y sí además quieren evolucionar y escuchar otras posibilidades musicales, pues mejor aún. Algunos lo consiguen, otros prefieren seguir siendo ‘alternativos’ y disfrutarán como enanos de la sesión del Independance de este fin de semana.
jarto