Crónica South Pop 2011, Isla Cristina

South Pop Isla Cristina es un festival pequeño, íntimo, sin grandes estrellas que convoquen masas y masas de talifans enfervorecidos. Sólo hay un único escenario, por lo que no coinciden varias bandas entre sí. Hay detalles como poder acceder a la piscina del hotel oficial del festival simplemente con tener la pulsera del mismo (y con dj’s pinchando) o una barbacoa gratis el domingo. La playa está al lado. Son demasiadas cosas (y otras tantas más) como para encuadrar este evento en el mismo saco que un FIB o incluso otros festivales pequeños. Hay conciertos, pero también bastantes más placeres de lo acostumbrado, por lo que a veces resultaba difícil acordarse a lo que verdaderamente se venía.

Pony Bravo fueros los primeros a los que asistí, con un directo mucho más interesante de lo esperado. Sin ser demasiado fan de sus discos de estudio, su show se mostraba más abrasivo y expansivo, haciendo hincapié en su último Un Gramo de Fe pero sin olvidar algunos temas de Si Bajo de Espaldas No Me Da Miedo y Otras Historias. Buen entrante.

Uno de los highlights era sin duda el francés Dominique A, que con un casi perfecto castellano se comunicaba con el público para ir desgranando parte de sus últimos dos discos (La Matière y La Musique: el ying y el yang) y varios temas de antaño. Creyendo que los instrumentos de su espalda podrían formar parte de su banda, apareció Dominique solo y únicamente con una guitarra y un acompañamiento enlatado. Había que admitir cierta decepción, pero gracias al poderío escénico y una, como es habitual, intensa y agradecida interpretación, tampoco supuso demasiado trauma. Especialmente emocionantes ‘Inmortels’ y ‘Hasta que el cuerpo aguante’, dedicada a Lorca.

Hace poco pude ver a Catpeople en Sonorama y saqué como conclusión que en directo no son para nada fieles a su último y notable Love Battle. Pensando que pudo deberse al mayor aforo del anterior y a un público, digamos, más convencional, se regalaron al mismo volviendo a las antiguas maneras de Mr. Wolf. En South Pop se volcaron más aún en esta faceta, transformando casi todos sus temas (alguno se salvó) en un guitarreo vacuo y de garrafón cuando pedían un tratamiento más delicado y exótico (acorde con el estudio). Una cosa es adaptar tu música al directo y otra tirar a la basura una adecuada evolución formal. Así, temas tan encantadores como el que da nombre al disco acababan siendo una burda versión de lo que realmente tendría que haber sido. Y si además añades un sonido irregular (los bajos retumbaban mucho), pues lo que pudo ser un concierto bien majo se quedó en algo muy para seguidores acérrimos.

Para cerrar la noche nos quedamos bailoteando con la ecléctica y genial sesión de La Mujer Barbuda Djs, hasta que se produjo un apagón que obligó a más de uno a abandonar el recinto (aunque después de un rato largo volvió la luz).

Una pena perderse a Linda Mirada, pero la temprana hora y la juerga que se montó en la piscina (antológica) no lo pusieron nada fácil. LCMDF fueron las primeras en caer, apareciendo sobre el escenario el enérgico dúo de chicas acompañadas por un batería de lo más chandalero. Con un sólo disco en el mercado, conquistaron a un público ansioso de bailar con una propuesta que sin ser original (unas CCS menos estridentes), se presenta con grandes dosis de simpatía y efectividad. Love and Nature fue interpretado casi en su totalidad, por lo que los temas más irregulares del mismo también tuvieron su hueco, aunque por suerte recibieron un barniz vigoroso en su transformación en vivo. Algo intrascendentes, pero absolutamente divertidas.

Micah P. Hinson ya visitó en Isla Cristina en 2009 y dos años después vuelve, pero esta vez acompañado de su banda The Pioneer Saboteur para reinterpretar el clásico Trompe le Monde de Pixies. Aunque personalmente prefiera su faceta más folkie e intimista, hay que reconocer una actitud a prueba de bombas o, como reconoció, de exceso de drogas, que junto con el brazo izquierdo escayolado, le dificultaba tareas tan sencillas como pasar las páginas del libreto o quitarse un sombrero colgado al cuello. La crudeza y el exceso interpretativo del álbum original de 1991 no faltaron en un concierto destacable pero algo inaccesible para los desconocedores del mismo.

A Exsonvaldes les escuché desde la lejanía por un escepticismo que finalmente se cumplió: la voz del cantante chirría ante un acompañamiento sonoro más que decente. Además, no destilan lo que se dice personalidad, por lo que al final tenemos a unos Radiohead desangelados y sin chicha.

Por fin llegó el plato fuerte del festival después de hacernos esperar un buen rato. Sarah Cracknell y los suyos salieron a la palestra para una hora de maravillosas delicias pop. Saint Etienne no tienen el éxito que se merecen porque el mundo del pop es cruel, pero cuenta con hits para dar y tomar (tantos que sesenta minutos más de concierto hubiesen venido de perlas). ‘Only love can break your heart’, »You’re in a bad way’, Like a motorway’ o ‘Nothing can stop us’ sonaron a gloria junto con algún tema del próximo nuevo disco anunciado para 2012. ‘He’s on the phone’ cerró a lo grande un concierto donde el encanto de Sarah (encanto incluso al equivocarse a la vez con la corista) fue uno de los protagonistas. Como crítica hay que admitir que, o la voz de Sarah estaba algo baja, o ella cantaba no muy alto (a veces se oía más a su compañera), algo que al final se arregló en cierta manera. Un tímido ‘pero’ ante la magia de una banda mítica.

Para terminar a lo grande, un sesión de lo más petarda (de Sugababes a Chico y Chica) a cargo de Hidrogenesse Djs. Tres horas a modo de perfecto broche de despedida.

jarto

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