Despropósitos 2011 (I): los duetos express
A falta de dos meses y pico para que termine el año, inauguramos sección que recoge los momentos más olvidables de este 2011. Comenzamos con una tendencia cada vez más en alza: realizar duetos o colaboraciones grabados en cinco minutos. Y quiénes sino iban a ser las divas (prostitutas) del pop las que lo hayan llevado hasta el extremo. En décadas remotas los duetos era momentos mágicos, comparables casi a una alineación planetaria. A día de hoy hay cientos, miles; pero no es ahí donde radica el gran problema si el resultado es aceptable (con tal cantidad se pierde encanto, eso sí). La tendencia de realizar colaboraciones entre artistas con prisas y a lo loco cuando el tema ya existe por si mismo, e incluso ya ha sido lanzado comercialmente, engendra auténticas chapuzas dignas del vertedero de Sao Paulo.
El epítome de esta cuestionable estrategia, que tiene como única razón de ser alcanzar el número uno en Billboard, cayó en ‘S&M’ de Rihanna, donde la colaboración vocal de Britney rozaba la calidad de una función de colegio. Un dejadez interpretativa total y un intento de ir de guarra y quedándose en picante que llegaba al nivel máximo de cutrerío a la hora de conjugar las voces de ambas cantantes. El momento actuación en los premios Billboard con Rihanna cantando en directo y Britney en playback fue la guinda del pastel.
Katy Perry también lo hizo en ‘T.G.I.F’ con Missy Elliot, lo que también le valió coronar el Billboard. La colaboración de Britney con Nicki Minaj y Ke$ha en ‘Till the world ends’ no provocaba tanta vergüenza ajena, pero tampoco es que aportara demasiado, y además se quedó sin el número uno. Si al menos hubiese un vídeo atractivo que justificase estas colaboraciones a última hora (ej: ‘Videophone’ de Beyoncé con Lady Gaga), pues aún. Son tan in extremis que ni se dignan a dotar al single de una nueva portada (un par de corta y pega y listo).
Vale que últimamente la dignidad en el ámbito comercial del pop está más ausente que nunca, pero este ‘todo vale’ ya pasa de castaño oscuro. Un dueto entre Rihanna y Britney debería convertirse en un caramelo pop 100% disfrutable aunque sea a modo de guilty pleasure. Lo raro es que Rihanna y Katy Perry no hayan hecho uno con la de tiempo que pasan juntas. Estarían demasiado borrachas. Así es el mundo del pop: un baile de fin de curso.
jarto