‘Give me all your love’ de Madonna: ¿bluff o must?
Quizás sea aún muy pronto para decidirlo, ya que el tema filtrado se trata de una maqueta grabada hace unos meses, aparte de que la versión final puede que incluya la colaboración de M.I.A. y Nicki Minaj. Sin embargo ya se pueden ir perfilando opiniones, aunque nunca definitivas, claro. Give me all your love está producida por Martin Solveig, lo que de primeras nos daba bastante pereza. Al final no es el producto dance que esperábamos, sino bastante pop, con guitarra eléctrica por doquier y efectillos en ciertos tramos. No resulta novedoso, pero tampoco recuerda a nada que se pueda escuchar hoy en día. En realidad nos transporta a su primera mitad de los ochenta, incluyendo ese pequeño homenaje a Lucky Star.
Algunos hablan de autoplagio, otros de autohomenaje; sea lo que sea, suena a 100% Madonna. Lo que es un alivio después de un Hard Candy donde pretendía conquistar al público teen norteamericano haciéndose la diva r’n’b. La melodía y el tono agudo de su voz también son clave para viajar a 1984. No está mal un revival, pero ¿es qué tiene tan pocas ideas que tiene que tirar de su pasado? En Hard Candy intentó adecuarse a un presente donde no pintaba un pimiento, al menos ahora se trata de su pasado, de ella y de nadie más, aunque Nicola Roberts se empeñe en que le han robado el estribillo de Beat of my drum (cuando ella lo copió de We are your friends).
El tema suena divertido y se encuentra en el límite del fracaso estrepitoso y el éxito total. El tiempo dirá, pero lo que tenemos claro desde ya es que a Madonna le importa un pimiento innovar. En los ochenta no le hacía falta (aunque ella creó escuela), porque contaba con aquella inigualable chispa pop; en los noventa la perdía un día sí otro no, pero al menos se embarcó en nuevos experimentos; la última década, salvo excepciones, ha preferido poner el piloto automático y a correr. Parece que el nuevo disco seguirá la misma línea, pero viendo el panorama pop actual, tampoco vamos a desmerecer a la Ciccone, aunque, sinceramente, esperábamos más.
jarto