Reivindicando… las popstars que murieron con los 80
Con la llegada de los ochenta comenzaron a aparecer cual virus solistas o dúos/tríos femeninos que a golpe de guitarra y/o de sinte reinaban en las listas de medio mundo. Aunque ya existían y seguían vivas divas del pop como Cher o una Tina Turner que resurgió cual fénix, Madonna y Cyndi Lauper marcaron las pautas de muchas de las aspirantes a reventar las listas de medio mundo. Madonna, con altibajos varios, sigue siendo la mayor estrella del pop actual, pero Cyndi, a pesar de su masivo éxito inicial, no sobrevivió a la década. Tampoco es que actuamente la contraten para actuar en cruceros de la tercera edad (o sí, quién sabe), pero vive de sus primeros hits y del submundo gay (su Bring Ya to the Brink fue un rotundo éxito en las disco gays durante diez minutos).
A pesar de todo, nos seguimos acordando de ella, le ponemos nombre, algunos hasta cara, podemos mencionar un par de hits; sin embargo a ver quién es el guapo que recuerda quién cantaba Bette Davis Eyes. Se trataba de Kim Carnes, un nombre que a alguno le sonará, pero que pocos enlazarían con esta canción. Este tipo de estrellas fugaces, que en realidad lo fueron TODO para más de uno, simbolizan la radiofórmula adulta con M80 a la cabeza. Muchas de ellas one hit wonders, dos éxitos a lo sumo, aunque otras sí que perdudaron durante toda la década con bastantes éxitos. Sin embargo fue llegar los noventa y algo sucedió. No sabemos si se trató de una capacidad de adaptación nula, la aparición de la electrónica como género, el grunge, o simplemente eran demasiado casposas para sobrevivir una década alérgica a ciertos excesos (porque de otros iba sobrada).
Las seguidoras de la Ciccone, estilo Samantha Fox o Bananarama, tuvieron varios rompepistas, especialmente el trío inglés. Una veces más sexualizadas (Fox y su amiga Sabrina), otras más comedidas (tampoco es que Bananarama fuesen sex symbols), chicas monas con dosis de rebeldía medida al milímetro (Kim Wilde), el pop bailable era el lazo de unión entre todas.
También podíamos encontrar figuras más rockeras que no se conformaban con mover la cadera. Steve Nicks, componente de Fleetwood Mac, o Joan Jett, ex The Runaways, eran importantes referentes, ésta última también en decadencia desde la llegada de los noventa (Nicks al menos contaba con su banda). Alannah Myles le daba al cuero, como su mayor éxito Black Velvet, pero se quedó ahí. Resulta curioso que el boom fuese en 1989 y que después no se volviese a saber nada de ella, como si cruzasen la línea a 1990 y se desintegraran. Pat Benatar contó con bastantes temas populares de corte rockero, aunque en España nos quedásemos con una power ballad como We belong.
También podemos encontrar a las baladistas como Jennifer Rush y su enorme Power of love, o Martika y Toy soldiers; o niñas buenas del estilo de Belinda Carlisle, Laura Brannigan (que muchos conoceran por la revisión de Self Control de Soraya); Wilson Phillips, que en realidad estallaron en 1990, pero no pasaron de aquel año, aparte de supurar 80’s por doquier; o términos medios como Bangles (rockeras, baladistas, poperas).
Si hubiese un cementerio pop, sería poco probable que encontrásemos muchas flores sobre sus tumbas. Quien viviese la década al cien por cien disfrutaría de muchos de estos placeres culpables; e incluso en el tiempo que coronaban las listas fuesen lo más grande que había pasado por su vida. Ahora todas están muertas (no literalmente… supongo), lo más rockero que tenemos a día de hoy es P!nk, y lo más pop Ke$ha, dos personajes que no han olido el champú en mucho tiempo. Efectivamente: lo que en su época era mortadela, ahora es jamón de jabugo. Por supuesto también hay ejemplos masculinos como Rick Astley (‘masculinos’), pero eran casos asilados. Os dejamos con un pequeño resumen a modo de lista de spotify.
jarto