¿Es Franz Ferdinand el nuevo Julieta Venegas?

Nunca llueve a gusto de todos, de eso no hay duda, pero siempre hay ciertos temas que levantan más ampollas que otros. El lunes la organización del Primavera Sound confirmó a Franz Ferdinand para su edición 2012. Es verdad que de primeras todos nos extrañamos. La banda escocesa se asocia en los últimos tiempos a festivales como FIB (por su elevada presencia inglesa) o el SOS 4.8 (por un público indie pero sin excesos), aparte de formar parte de bandas made in NME de las que el festival barcelonés ha prescindido en las últimas ediciones salvo excepciones.

Algunos ya les tildan como ‘vendidos’. No es menos cierto que la presencia británica de público es cada vez mayor, y muchos de ellos en modo desfase (el año pasado se notaba cierto tufillo FIB). La organización es lista y no va a dejar de aprovechar esta oportunidad, aunque el riesgo de perder a otro tipo de público con, digamos, paladar más selecto tampoco es moco de pavo. Sin embargo ya se han cubierto las espaldas con unas primeras confirmaciones bastante apetecibles. Y aún así no faltan voces indignadas.

A pesar de todo, lo que nunca debemos de olvidar es la calidad de Franz Ferdinand como banda. Tres discos, uno muy bueno, otro notable y un último aceptable no está nada mal; y sobre todo, un directo generalmente apabullante (y lo dice alguien que ni es fan de la banda ni esperaba demasiado). Además, antes de la explosión de fama ya estuvieron en el festival, e incluso en 2005, que acababan de lanzar el segundo álbum, también hicieron acto de presencia. El problema es que este tipo de bandas que surgieron durante la década pasada como la mentada, Bloc Party o Editors ya no están nada bien vistas por parte de un público que prefiere quedarse con otros productos más exquisitos. Lo que tampoco hay que olvidar es ese último experimento que publicaron hace un par de años titulado Blood, dónde escogían un camino bastante más experimental y a la postre interesante. Aparte de una carrera mejor que la mayoría de aquellas bandas (¿acaso Bloc Party tienen más de un disco realmente bueno?). También es verdad que al final en sus directos tocan lo que tocan: lo que el público exige.

Seamos sinceros. porque un poco de banalidad entre tanta banda sesuda tampoco debe asustarnos. Como todo, y más en un festival como éste, hay bastantes opciones alternativas si no nos agrada Kapranos y su séquito. A Julieta la defendimos, y a Franz Ferdinand también, porque se trata de una banda competente y con una trayectoria más que decente. El resto son esnobismos baratos: en el caso de la mexicana fue por parte de gente que creyó tener un gusto musical mejor del que creían; en este caso por los que más o menos sí que lo tienen pero que anteponen la crítica al disfrute. Y de lo que ambos destacan es de la cerrazón mental.

jarto

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