Metronomy – The English Riviera

A principios de año, el cuarteto de Devon (Inglaterra) nos presentaba su tercer álbum de estudio que, a priori, no iba a significar una revolución. Muchos no esperábamos demasiado de este lanzamiento, ni lo hacíamos con demasiada expectativa, y es que Metronomy, aunque (al menos a mí) siempre han gustado, nunca habían destacado demasiado entre la manada de agrupaciones electropop que cada año inundan las listas de nuevas promesas del género. ¡Qué equivocados estábamos!

No podemos considerar a The English Riviera como un álbum de electropop al uso, ya al escucharlo encontraremos un disco casi conceptual, cuya principal inspiración es la llamada English Riviera: un lugar imaginario, producto de la mente de Joseph Mount (alma de Metronomy, por decirlo de alguna manera), en el que impera el estilo de vida west coast cool norteamericano y, naturalmente, está bañado por el mar y el más cálido de los soles veraniegos. Un lugar idílico que, de una forma u otra, está presente en todas y cada una de las canciones del álbum.

Fruto de este ejercicio de creatividad, podemos encontrar una atmósfera común en la mayoría de temas del álbum, que comparten calidez y frescura, lo que los hace fácilmente digeribles, aunque complementados con un ligero toque AOR y arreglos arriesgados más propios del jazz (o post-rock incluso) tan bien integrados en el conjunto que pueden incluso pasar desapercibidos. Este patrón, sin embargo, se rompe levemente, sin perder del todo la coherencia, en She wants, primer sencillo del álbum y tema eminentemente post-punk, heredero de los Joy Division más accesibles.

Aunque todos los temas del disco mantienen una armonía más o menos perfecta, éste no está exento de contener, como cualquier álbum del año que se precie, auténticos temazos, como The look, que forma parte de nuestra selección de canciones del año, o The bay, canción que se perfiló como un auténtico himno estival alternativo y que, aún hoy, no es difícil escuchar en algún club indie de nuestra geografía, sea en su versión normal o remezclada.

Una mención especial se merecen Everything goes my way, una sencilla pero entrañable canción de amor con un ruido instrumental inicial desconcertante y un hipnotizante final en el que se escucha a Roxanne Clifford de Veronica Falls, invitada de lujo en esta canción, repetir hasta la extenuación «love, I’m in love again…». O Some written, cuyo ritmo tranquilo y juegos entre sintetizadores y percusiones son una auténtica delicia.

Los elementos electrónicos que Metronomy nos presenta en este álbum están, pues, más cerca del elegante pop electrónico de Phoenix o Air que de los diferentes proyectos de su compatriota Norman Cook (salvo, quizás, The BPA, con quienes comparten el espíritu costero característico de este trabajo). Y, más importante aún, Metronomy en The English Riviera consiguen su principal propósito: involucrar al oyente, trasladándolo a esos parajes soñados en los que el tiempo no existe y el amor y el hedonismo están a la orden del día.

Puntuación: 8,7 | Escúchalo: Spotify

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