High Places – Original Colors
“Quién no sabe reiventarse, perece”. Un eslogan resultón, de debate dual; el combate entre lo pretencioso y lo oportunista, una filosofía cuyo alegato ocasiona claros ejemplos de división entre los públicos y prensa especializada. La evolución de las estructuras melódicas de una formación ha de someterse a la crítica social sin piedad y padecer su juicio. Todos tenemos votos, todos opinamos, todos juzgamos, sin una frontera limítrofe. Es curioso como la prensa especializada da de comer hoy, y mañana te considera despojo residual de la música avanzada.
High Places es probablemente una formación que nació en el momento menos adecuado, en el momento en que sellos como Not Not Fun/100% Silk tenían relevancia, pero no marcaban tendencia, en un tiempo donde la experimentación sufría el beneplácito de Pitchfork, en el que el chillwave y el dream pop no tenían etiqueta ni influencia. Con un debut de sonado cacareo, gira reconocida, presencia mediática, su carrera fue en detrimento del asentamiento social. Y bang, tras tres álbumes, recientemente pudimos asistir a su concierto como ¿showcase? dentro del Primavera Club. Interesante a la par que inquietante.
Esta actitud de apantallamiento a su trabajo no ha sido perjudicial para el dúo. Su discurso es fresco, denso, explorador y en esta edición, destaca la oscuridad de sus texturas. Ya no hay brillos luminosos, ni atardeceres pletóricos. High Places han decidido fagotizar la electrónica de club alemana, acariciando las sombras, las drogas de diseño, Ellen Allien, la cultura de capas sintéticas que anhelan paisajes orgánicos, sin dejar de tener presente sus ansias de inquietar al oyente con una atmosfera de renovación y análisis de la música, tan vigente en la nueva generación electrónica lo-fi americana. Su viaje comienza y termina con el electro-clash, con un culto a los tiempos de Miss Kittin & The Hacker, ‘Year Off’ y ‘Altos Lugares’, con sus bases zumbantes y angulosas y la voz angelical de su cantante, fustigando y dirigiendo la melodía hacia las pistas de baile. Las tapas del libro son la versión festiva de estanques sutiles y apesadumbrados. Se adentran en el techno de exploración, con loops vocales de contestadores autómaticos deformados propios del dubstep primigenio, ‘The Pull’ o desarrollando brumas misteriosas, ‘Ahead Stop’ o exploran el trip hop de Massive Attack, ‘Sophia’. Estos ingredientes son deglutidos, aportando coherencia al conjunto en temas como ‘Banksia’, ‘Morning Ritual’ o ‘Dry Lake’. Hasta existe un autohomenaje a su pasado en ‘Twenty-Seven’.
High Places nunca han engañado a nadie, sus vivencias condicionan su aproximación a la música, con un trabajo que se ve exponenciado en efectividad en directo. Ellos sólo quieren investigar sus posibilidades creadoras. Original Colors es un trabajo meditado y estudiado, que destila talento. Esperemos que los cool-hunters no aniquilen sus ganas de generar LPs ricos en matices, bellos en ejecución, fuera de cualquier moda y de regusto impecable. Esta banda demuestra que sí se puede hacer música inteligente sin depender de la tendencia.
Puntuación: 7.8 | Escúchalo: Spotify
Tito Manu