El triunfo de Skrillex: ¿la consolidación del dubstep?
Desde hace tres años estamos inmersos en la era del dance como si se tratase de un género nacido antes de ayer. La consolidación vino de la mano de Guetta en Estados Unidos, y ya sabemos que lo que arrasa en el país de la hamburguesa, el resto del mundo acabará indigesto. Sin embargo en 2010 surgía en Reino Unido la reinvención del dubstep, post dubstep como llaman algunos, en un contexto muy zapatillero y destinado a la pista. Más de uno lo corona como el nuevo dance, aunque la imposibilidad que muchos tienen para bailarlo a diferencia de un chunda-chunda más estándar, impedía una expansión más acusada. Hasta hoy.
Todo es acostumbrarse, y más si el artista más representativo del género, Skrillex, es encumbrado en los premios más importantes de la música, los Grammy (aunque ambos casos tratados de una perspectiva de popularidad). A principios del año pasado ya pudimos ver como ciertos artistas británicos que coqueteaban con el género (Katy B, por ejemplo) empezaban a darse a conocer fuera de las islas. Sin embargo la verdadera prueba de fuego a escala global vino de la mano de Britney y su Hold it against me, que empotraba el citado género con el dance. La canción tuvo notable éxito y pudo servir como conejillo de indias para el dubstep, aunque al final triunfó más el dance-pop de Til’l the world ends y I wanna go. Flo Rida también lo intentó con Good feeling, producido por Dr. Luke (al igual que el single de Britney), aunque la repercusión del tema se basó más en el sample de Etta James que otra cosa. En el rapeo de M.I.A. en Give me all your luvin’ de Madonna también se percibe la influencia, aunque en este caso la presencia se torne casi anecdótica. Al final el mainstream lo ha catado de medio lado, así que artistas como Skrillex serán los que realmente midan el éxito del estilo.
¿Veremos un disco lleno de featurings de artistas de otros géneros? Ya está en camino, así que sólo hay que darle un poco de tiempo para poder contemplar la explosión dubstep que se acerca irremediablemente. ¿Calará en la radiofórmula española? Difícil de decir. Nuestro país no se caracteriza por recibir nuevas propuestas con la mejor de las sonrisas, y menos si se trata de un género bailable, donde la sencillez dance prima ante la rítmica dislocada del otro. Y una cosa es una pizca de dub step (en el mencionado single de Britney o Flo Rida) y otra cuatro minutos de torcedura constante de tobillos, hombros o muñecas.
jarto