Marina and the Diamonds – Electra Heart
Después de una promoción algo chapucera, parece que Electra Heart está dando (más o menos) sus frutos. En Reino Unido se posicionó número uno en álbumes (aunque esta semana baje al 13) y el single Primadonna no le va del todo mal. Sin embargo si por colaborar con los productores de moda Marina and the Diamonds pensaba que lo iba a petar fuera de las islas me huelo que se va a quedar con las ganas. Y es que el mayor problema de Electra Heart es el sonido implantado en buena parte de sus pistas. Si valorásemos sólo este aspecto pordrían tratarse de la cara-f de un cuarto single de Britney o Katy. Ya me imagino a Dr. Luke: ‘Hola Marina, aquí tienes los restos que Ke$ha no quiso. To’ pa’ ti, guapa‘. Y es que aparte de las sobras, el afamado productor o Diplo se crecen cuando se dejan llevar por el exceso y el histrionismo, pero a Marina ni ellos ni nosotros la vemos con un envoltorio al estilo Femme Fatale.
Marina se muestra mucho más comedida, ya que sus letras no hablan del ciego de ayer, sexo guarro en los baños de la disco o simplemente tetas. La lírica y los temas tratados son bastante más sofisticados y elaborados, como ya comprobamos en su debut (tampoco es que hable de Proust), por lo que la producción de feria se revela como un intento forzado de éxito a toda costa. Las melodías por suerte también siguen siendo uno de sus baluartes a reivindicar, salvando buena parte de las canciones.
Al final tenemos buenos temas pop que crecen con las escuchas. Blubblegum glitch, a pesar de esas guitarras y batería rockeras wannabe, es tan rabiosamente pegadiza que no se puede obviar (a pesar de cierto carácter irritante). El primer single Primadonna resulta aceptable como tercero, pero no para presentar el disco. Homewrecker es cachonda por su temática de zorra destroza hogares, aunque duelan los oídos con su ritmo machacón. De nuevo buenas melodías y letras resultonas como Lies o The state of dreaming se arruinan por el aire a medio tiempo electro r’n’b de cualquier diva negra americana de la década pasada. Fear and loathing e Hypocrites son medios tiempos con alta carga emocional, y en el caso del primero con uno de los mejores diseños de sonido del disco, atmosférico y sugerente. Se echa en falta Radioactive, solo incluida en la edición deluxe, que a pesar de los reiterativos Stargate enganchaba.
Sin haber ningún bombazo (tampoco lo había en The Family Jewels), sí que mantiene una buena media y casi ningún corte es prescindible. Pero Marina, no fuerces la máquina y sé tú misma, no necesitas de un supuestamente impresionante background, porque ni eres una diva ni ellos creen que lo seas (tampoco lo necesitas). Y tampoco hace falta que aparezcas como un cuadro en vídeos y entrevistas para resultar la más guachipeich y en realidad quedarte a medio gas. Para hacer la payasa ya tenemos a la Perry.
Puntuación: 6,5 | Escúchalo: Spotify
jarto