Crónica South Pop: viernes
Un año más Musikorner estaba de vuelta en el festival más detallista de la geografía española, incluyendo artistas de calidad, buenos precios, alojamiento para todo tipo de bolsillos y variedad de actividades. Lo primero que había que comprobar de South Pop Isla Cristina eran las ya célebres pinchadas en la piscina. Era de esperar que por el día (la mayoría de la gente llega el viernes) aún se mostraría algo discreta en número de personas, pero ya se atisbaba el gran ambiente que nos íbamos a encontrar de cara al fin de semana. A continuación tocaba ponerse guapo; la noche lo iba a merecer.
De primeras me acerqué a Delorentos, hacia los que en estudio no me mostraba demasiado entusiasta. Sin embargo sobre el escenario los irlandeses cumplieron, aunque sin excesos, ya que su pop rock se antoja demasiado manido. Para ir calentando motores pasan el corte, pero nos quedamos con hambre de más.
The Sound of Arrows, como es habitual, convirtieron el escenario y alrededores en una fiesta llena de color e ilusión. Condensando su setlist habitual (donde tocan todo el debut), los suecos emocionaban a pesar de cierto carácter enlatado de su música. Temas como There is still hope o Into the clouds brillaban a gran altura, con algún altibajo (una espesa Nova) y la ya conocida M.A.G.I.C. con final ‘jacksonizado’. De regalo recuperaron su versión de The power of love, con la que se ganaron al público más reticente y que menos reconocía su repertorio. Como era de esperar, salí con una gran sonrisa.
Comentándolo con amigos nos preguntábamos porque Herman Dune tocaba después del dúo electro pop. Es de suponer que la organización tuvo más en cuenta la popularidad más que el género musical, ya que el folk pop de los hermanos franceses no casaba con las ganas de jolgorio de la hora. Era lo que había y había que asumirlo. Al menos demostraron sus tablas en el escenario, aunando lo más destacado de su último largo Strange Moosic y rescatando temas del pasado, incluyendo por supuesto su mayor éxito I wish that I could see you soon. A pesar de su gracia escénica, conforme se acercaba el final del concierto el carácter ameno del principio se tornaba en cierta monotonía. Quizás la culpa no fue suya, pero nosotros queríamos un poco de fiesta.
Por suerte con WhoMadeWho la conseguimos. Su dance rock vitaminado no dejaba indiferente incluso a los desconocían su discografía. Mientras que en estudio acaban cargando, del directo destaca su fluidez y contundencia, no dejando un momento de respiro para transmutar la pista y gradas en una improvisada discoteca eléctrica. El bis posiblemente estaba asegurado, pero la gente lo exigió y ellos por supuesto encantados de hacerlo. Seguro que tras este concierto consiguieron un buen puñado de nuevos fans.
La sesión de Chicos Malos cumplió con las expectativas de indie y petardeo, aunque al final saturó por las dosis de tópicos mil veces escuchados y bailados. Momentos álgidos como Dancing queen, reivindicación de canciones (Stop como cumbre musical de Spice Girls) y sorpresas de la talla de Fórmula Abierta supieron contentarnos sobre el césped húmedo (maravillosa sensación bailar descalzo).
jarto