Maxïmo Park – The National Health
Corrían los años intermedios de la década pasada cuando el post-punk se convirtió en el género de moda entre parte del mundillo indie, traspasando incluso las fronteras del mismo. Nuevas bandas nacían como churros bajo el paraguas de NME (la mayoría eran británicos), pero a pocas se le auguraba verdadero futuro. Y así ha sido: las que menos siguen siendo reivindicadas y la mayoría han caído en el hoyo más profundo (pobres Bloc Party). Otras han sobrevivido a duras penas, como Maxïmo Park; y es que aunque mantienen cierto público, ya no rinden al nivel comercial de antaño. Una pena, ya que si no hubiese sido por el tropezón del tercer disco, que se juntó con la decadencia del género, Paul Smith y sus chicos recibirían más atención por parte de prensa y público. Porque de The National Health no esperábamos demasiado, para que engañarnos, pero vaya por donde les habíamos subestimado.
Este cuarto álbum puede mirar a los ojos a su estupendo Our Earthly Pleasures (la frescura del debut es inalcanzable, claro), lo que ya nos vale, y más en los tiempos que corren para el género. Y lo mejor: mantienen su impronta y, salvo ciertos lapsus, han enterrado la sensación de déjà vu de su predecesor. Así se demuestra desde el primer corte, la introducción When I was wild, haciendo gala de preciosas cuerdas. Sin embargo las guitarras furiosas rompen la armonía (lo que para nada molesta) en el tema que bautiza el largo, en sintonía con sus clásicos más celebrados. Otro giro, y aquí a cargo de la tensa Hips and lips, en la cual lo sintetizado tiene más peso que los instrumentos reales. The Undercurrents se puede considerar como una de sus mejores y más emotivas composiciones, siguiéndole otras dos muy bien hiladas como son la enérgica Write this down y la melancólica Reclutant love.
El carpe diem de Until the Earth will open recupera el alma de su debut pero rescrito acorde con los treinta y el sempiterno sentimiento de seguir perdido y sin rumbo fijo, con la actitud por bandera de no perder un solo minuto de disfrute (‘No sobreviviré, pero intentaré pasar un buen rato’). Llama la atención la oscuridad y contundencia de Banlieue, rozando por momentos el hard rock, lo que para una sola canción está bien (otra cosa es que tomasen este camino en general, Dios no lo quiera). This is what becomes of the brokenhearted destaca por un delicado piano que doma el drama de la letra, mientras que el toque acústico y frágil viene de la mano de Unfamiliar places, en un vulnerable registro vocal de Smith casi inédito; sin embargo no le dejan el honor de cerrar el disco, optando por la aceptable pero algo repetitiva Waves of fear.
La locura postadolescente de sus primeros años ha quedado atrás, y aunque afirmar que han tomado el camino de la madurez suele utilizarse como excusa para maquillar la falta de inspiración, en este caso es una verdad como un templo. Y a pesar de la presencia de bandas del estilo que tienen más tirón, como The Vaccines, este nuevo trabajo les permite codearse con ellos e incluso mirarles por encima del hombro. Os recordamos que esta semana estarán de visita en nuestro país el 12 y 13 en Madrid y Barcelona respectivamente.
Puntuación: 7,25/10 | Escúchalo: Spotify
jarto