Ellie Goulding – Halcyon

Lo confesaré: Ellie Goulding me daba pereza. Cuando, en 2010, el FIB la confirmó como parte del cartel, no pude evitar pensar que la ex novia de Skrillex (que tantas pasiones genera, para bien y mal) era parte de la inevitable cuota británica. Esa lista de nombres que, todos lo sabemos, están ahí para uso y disfrute de los nuevos amos de Benicàssim.

Quizás en su momento no estaba del todo equivocado, ya que su primer álbum Lights (más tarde relanzado como Bright Lights), aunque contaba con el favor del público, no destacaba por ser más rompedor que la media de álbumes debut de cualquier popstar emergente de las islas británicas. Ni fú ni fa, para entendernos. Aunque sí patiné, y mucho, dando por sentado que la Goulding sería efímera, pensando que su presencia en el panorama musical actual sería anecdótico, sacando un álbum cada dos años (o ni eso), colocando algún hit en la radio y viviendo de las rentas.

Dos años más tarde (en eso acerté), va y saca Halcyon, con una portada ligeramente similar a la de Lights, lo que sumado a mis prejuicios no anticipaba nada bueno, pero todo fue empezar a escucharlo y descubrir inmediatamente que, aunque siempre desde la perspectiva de una popstar, Ellie y su equipo se empaparon del zeitgeist musical actual de las Islas Británicas antes de ponerse manos a la obra, y confeccionaron canciones que, además de ser de rabiosa actualidad estilística, explotan de manera casi perfecta las peculiares cualidades vocales de Goulding. Esto es algo que queda especialmente patente en el primer single de adelanto Anything Could Happen, y sobre todo, Only You, la canción más arriesgada del conjunto (y candidata personal de un servidor a tema del año), que incluye distorsiones vocales y un loop de un lamento que es muy difícil de sacarse de la cabeza.

Muy acertada también fue la decisión de versionar Hanging On de Active Child que Ellie lleva a su terreno, un tanto más dubstep y urbano, pero sin perder en oscuridad ni intensidad ni, en definitiva, esencia. Para este tema contó con la producción de Billboard, productor ocasional de Robyn o Ke$ha, dos nombres que están cada vez mejor valorados en círculos históricamente más selectos que el público de radiofórmula medio.

No estamos frente a un álbum sentimentaloide medio: Ellie en este álbum decidió ponérsenos etérea, alejándose quizás del gran público, pero ganando en calidad artística, y ofreciendo una alternativa real a las típicas y tópicas popstars, históricamente más centradas en su talla de copa que en involucrarse en serio en los procesos de creación de la música que al fin y al cabo es su seña de identidad, o al menos debería serlo. Afortunadamente, es algo que hemos visto en trabajos más recientes de otras divas como Nicola Roberts, Ke$ha o incluso Beyoncé, que por fin está cambiando.

Puntuación: 8

Escúchalo:

Emilio Morales

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