Miguel – Kaleidoscope Dream

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Miguel debutó hace un par de años con un trabajo que en realidad no dista tanto de este celebrado Kaleidoscope Dream. Si se les da una pasada rápida las diferencias resultan casi imperceptibles, pero es ahondando donde se palpa su verdadera entidad. Los clichés de chuloputas r&b siguen, pero mientras que antes a lo sumo te dejarías invitar a una copa, ahora entregarías tu cuerpo y le pondrías un piso. Y eso que tampoco deslumbra con su belleza. Pero también hay mucho sentimiento, por lo que algunos lo habrán comparado con Channel ORANGE de Frank Ocean, y no van tan mal desencaminados; sin embargo Miguel desprende más macarrismo, lo que por supuesto no se debería considerar negativo. Y aunque Ocean disfrute de ciertos momentos de maestría que Miguel solo roza, el disco de éste resulta más entretenido. Sí, entretenido, ese concepto tan denostado en el ámbito de la cultura de alto rango. Y sin un featuring o tema bailable, ojo.

¿Para qué empezar a base de introducciones? Adorn, primer tema, fascina ya desde sus primeros elegantes compases; madera de hit que se extiende a Don’t look back, que engancha sin remisión para acabar en un exquisito homenaje a Time of the season de The Zombies. Las guitarras eléctricas y distorsionadas de Use me se conjugan al dedillo con el frágil estribillo donde Miguel se desnuda emocionalmente, lo que en realidad sucede en buena parte del álbum, como por ejemplo en The Thrill o Arch & point. Incluso en Pussy is mine, donde el título lo dice todo, se percibe un matiz vulnerable. Where’s the fun in forever destila cierto clasicismo tanto en interpretación como instrumentación que sobresale del resto, convirtiendo la canción en uno de los puntos álgidos del álbum; mientras que Candles in the wind remite más al futuro, y su interminable loop de teclado podría casar a la perfección en Blade Runner. La emoción no da tregua ni en el final, y …All pone los pelos de punta, gracias en gran medida a una deliciosa producción, por otra parte uno de los baluartes de todo el conjunto.

Aunque queremos a Frank, y este renacimiento de Miguel ha recibido excelentes críticas, se ha visto ensombrecido por el fenómeno del primero, y sin su presencia Kaleidoscope Dream se hubiese aupado como el álbum r&b del año. Tampoco importa, su talento ha quedado patente, y solo hay que esperar que este largo no se haya tratado de un golpe de suerte y en el tercero no vuelva por los derroteros del primero. Tampoco supondría un drama, no estaba nada mal, pero otra obra de este calibre renovaría su estatus y el de parte del r&b masculino norteamericano.

Puntuación: 8,5  | EscúchaloSpotify

jarto

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