Álbum o hits: ¿qué prefieren los «indies»?
Hace un par de meses comentábamos en la reseña de III de Crystal Castles que primaba el concepto álbum más que la búsqueda inmediata de hits, lo que para algunos supuso un problema. Ayer Rolling Stone publicó una entrevista a MGMT donde revelaban que su tercer álbum estará listo para junio. Hasta ahí todo perfecto, aunque las dudas se disparaban: ¿optarán por la fórmula Oracular Spectacular o por la de Congratulations?, ¿hits o disco? Si se indaga en las declaraciones se puede comprobar que han optado más bien por la segunda opción, aunque de manera más radical, aludiendo a un estilo «más raro» y sacando a colación influencias como Aphex Twin. Saltan las alarmas. O no, dependiendo de gustos y prejuicios. Por un lado los amantes de la guitarra no ansían precisamente un disco electrónico (ya sabemos lo puristas que suelen ser), pero no estamos aquí para reflexionar sobre ello. Lo que nos importa es lo que una parte de su público espera de su ‘banda favorita’. Lo entrecomillo porque no entra en la cabeza que a alguien le gusten dos canciones y se le pueda considerar fan… pero la realidad es que ellos son los primeros en llenar sus conciertos.
Tirando de tópicos, ¿no es de esperar que el público «indie» esté preparado para ir más allá de los temas con madera de éxito? Se supone que siempre había sido el público comercial al que solo le gustaban «tres canciones del disco». Normal, sobre todo si para que te guste la música debe ser pegadiza: al enfrentarte con el largo los singles, escuchados con anterioridad una y otra vez, sobresaldrán respecto al resto de cortes, evidentemente. Entonces lo más fácil resulta quedarse solo con lo que ya se identifica y conoce. Los artistas y discográficas también tienen parte de culpa, ya que el concepto álbum les importa tres pimientos y le dan al público lo que el público quiere. ¿No se supone que en el indie sucede al contrario? O al menos equilibrando entre disco y hits. Sí, pero del tipo de indie. Una cosa es White Lies y otra Gang Gang Dance, por tomar dos ejemplos aleatorios. Los que se decantan por los segundos no les importan tanto los hits (que si los hay, bienvenidos son). Por lo que el primer grupo se puede comparar al mercado comercial a nivel de comportamiento, gustos aparte (unos se pirran por Pitbull y otros por Two Door Cinema Club). Una comparación que por cierto les molesta de sobremanera; eso y cualquier relación entre indie y mainstream.
La teoría, que alguna vez hemos planteado, se basa en que la radiofórmula se ha ‘chonizado’ a tal nivel que muchos han escapado despavoridos o ni les ha dado tiempo a entregarse en algún momento a la misma en el caso de los más jóvenes. El siguiente paso es empezar a pillarle el gusto a esa música que es «tan moderna»; pero sus hábitos de consumo musical siguen intactos. ¿Os acordáis de aquel bochornoso momento en SOS 4.8 2011 cuando MGMT tuvieron que repetir Kids? Mal por ellos por hacerlo, aunque los artistas se deben a su público, y éste, que sudaba de su segundo disco y estaba más preocupado en otros menesteres, necesitaba algún estímulo extra. MGMT, si decidieron abandonar el éxito fácil en estudio, deberían comportarse de manera consecuente sobre el escenario, y si el público replica, ajo y agua (otra cosa es marcarse un The Drums y no tocar tu mayor éxito aún cuando solo tienes un disco en el mercado).
Por supuesto ni todo el mundo que adora el primer y segundo disco de Crystal Castles o el debut de MGMT actúa de la misma manera (hay que aclararlo, que luego la indignación hace acto de presencia), pero todos conocemos a muchos individuos que reflejan exactamente lo anteriormente comentado. Gracias a Dios la mayoría de grupos hacen caso omiso, especialmente en estudio, a diferencia de la mayoría de clubs nacionales, que prefieren seguirles la corriente y pinchar siempre lo mismo, e incluso de algunos festivales, que tampoco lo esconden demasiado (¿alguien dijo TDCC en Sónar?). Porque el cliente no siempre tiene la razón.
jarto