El arte de rechazar futuros éxitos
Nos enteramos hoy que Nicole Scherzinger rechazó también We found love de Rihanna (Leona, o más bien Caballo, Lewis tampoco demostró muchas luces), Just dance de Lady Gaga y Crazy de Gnarls Barkley. No será la primera ni la última vez que una popstar y/o su representante rechaza futuros hits sabe Dios por qué (por estar demasiado borrachos, posiblemente). Hablo en femenino porque en general son ellas, pero alguno tampoco se queda corto (no os lo toméis como algo machista, por favor). Muchas canciones con madera de número uno acabarán perdidas en un cajón, pero otras terminan en manos de un segundo e incluso tercer plato; pero qué más da la dignidad cuando se trata de un pelotazo y la posibilidad de limpiarte el culo con billetes de 500.
Las tontas de la clase
«Hay que tener serios problemas mentales para rechazar tal temazo», pensaréis más de una vez al leer este recuento de despropósitos. Pues sí, para qué negarlo. Y el premio gordo iría a parar a Britney, que aunque durante casi quince años ha trufado de hits las listas de todo el mundo y presume de apropiarse de varios temas que estaban destinadas a otras, también ha cometido las mayores cagadas.
La diva marioneta por excelencia tiene momentos de lucidez, pero ya sabemos que tampoco es muy avispada en su vida en general (posiblemente ni sepa que tiene hijos), y por eso no nos sorprende que ni levantase una ceja ante Umbrella (aunque dicen que fue su manager, que ella nunca llegó a catarla: ya conocemos su nivel de implicación). Mary J. Blige y Taio Cruz también se unieron al carro de la estupidez pop rechazándola. ¿Es que no hay un mínimo de inteligencia en el mundo mainstream, donde las estrategias de marketing mandan? No hace falta que contestéis. Lady Gaga le ofreció Telephone, e incluso grabó una versión primitiva de la misma, pero finalmente, y gracias a Dios, pudimos disfrutar de uno de los duetos y vídeos más potentes de los últimos años. Y no hay que olvidarse de Milkshake, que se la quedó Kelis. Demasiado transgresora para ella, quizás. Tampoco demostró muchas luces cuando se agenció los restos que Katy Perry no quiso, Hold it against me para más señas, y además lo lanzó de primer single de Femme Fatale. Punto para Katy. Y One de Sky Ferreira le sonaría demasiado indie quizás…
Kylie tuvo un momento de tontería cuando dijo «no» a Toxic, pero luego acertaría varias veces más. A Cyndi Lauper no le iba nada mal en los ochenta, pero tampoco tenía tantos éxitos como para menospreciar un temazo de la talla de Open your heart, que se lo quedó Madonna. Donna Summer y Diana Ross podían haber participado en un dueto histórico interpretando It’s raining men, pero no; y eso que ya nos les iban a quedar muchos más números uno (los ochenta estaban a la vuelta de la esquina). Donna tampoco estuvo muy sagaz al dejar escapar What’s love got to do with it, primer gran bombazo de Tina Turner en solitario. Since u been gone de Kelly Clarkson no le hubiese venido nada mal a Hillary Duff, que ahora ha caído en el más absoluto de los olvidos. Celine Dion estaba demasiado ocupada hundiendo el Titanic que rechazó otro clásico peliculero de la talla de I don’t want to miss a thing, que cayó en manos de Aerosmith. Unbreak your heart tampoco la quiso y Toni Braxton más feliz que un regaliz (sin duda se trata de su gran bombazo). Y al revés sucedió con Because you loved me, que se la quedó Celine en vez de Toni.
La maquinaria Gloria Stefan ya no funcionaba tan bien a finales de los noventa (paradojicamente cuando lo latino estaba de moda) y dejó que Let’s get loud formase parte del debut de Jennifer Lopez. También se lució con Hero, que acabó con la voz de Mariah Carey. Que Rod Stewart rechazase Physical le vino de perlas a Olivia Newton-John, aunque hubiese sido extraño verle en mallas. Paula Abdul, que nunca tuvo una carrera muy extensa y no estaba para rechazar nada, pasó de Spinning Around, que formó parte del comeback de Kylie. Janet Jackson no quiso saber nada del que tema que lanzó a Whitney Houston, How will I Know, y I’m slave 4 u le parecería demasiado guarro porque Britney se lo agenció (era la época de «ya no soy una niña, cómeme to’ lo negro»). Michael Jackson (debe ser de familia) no quiso tener nada que ver con The Neptunes para su fracasado Invencible, incluyendo uno de los temas más populares de Justin Timberlake, Rock your body (que ya de por sí era muy Jacko). En esta época su lucidez brillaba por su ausencia, pero en los ochenta (que al menos todavía despachaba himnos como churros) tampoco quiso interpretar Holiday con Patti LaBelle y La Isla Bonita. Sí, ya sabéis quién fue la más lista.
Las primeras de la clase
A esta alturas ya habréis sacado conclusiones de quiénes son en la mayoría de casos las que mejor olfato tienen (o, de nuevo repetimos, sus representantes). En este caso repartimos la distinción entre Madonna y Rihanna.
Madonna se quedó como hemos dicho con Holiday, el que fue su primer gran clásico, por lo que le vino de maravilla que Jacko dijese ‘no’. A Open your heart tampoco le hizo ascos, pero también le sobraban éxitos a mansalva (True Blue tuvo de cinco de singles cinco top 5), así que a Cyndi le hubiese beneficiado más. Y finalmente resulta complicado imaginarse a Jacko cantando La Isla Bonita, así que todos salimos ganando.
Rihanna no parece una lumbreras, pero ella o su manager saben a quién arrimarse (y no solo a Katy en busca de una barra libre perpetua). Además de Umbrella, que la catapultó al estrellato supremo y del que desde aquel momento no ha bajado, S.O.S. la tomó tras la negativa de Christina Millian (algunas piensan que pueden elegir…), Disturbia se la arrebató a su amor Chris Brown (pensad mal y acertaréis…) y We found love. Sí, sus mayores terremotos pop. Solo dejó pasar Dj got us fallin in love de Usher. Pues ya ves.
Qué bien le vino a Kylie (y qué poco lo supo aprovechar) el Can’t get you out of my head que iba destinado a Sophie Ellis-Bextor, al igual que el mentado Spinning Around, ambos imprescindibles para volver a la primera plana del pop mundial. Britney tuvo su momento álgido eligiendo los dos éxitos que más la han marcado: Baby one more time (TLC no supieron apreciarlo), que la lanzó al estrellato, y Toxic, clásico que ha ido ganando con los años y que adoran hasta los más indies. Y I’m a slave 4 u, que de primeras no arrasó pero con el paso del tiempo se ha convertido en un highlight de su carrera. The Pussycat Dolls también dieron palmas cuando Paris Hilton hizo oídos sordos a Don’t Cha, convirtiéndose en el gran trallazo del efímero grupo femenino.
Y fuera del chochi pop, también hay casos de gente muy lista (y tonta), como Call me de Blondie (que era para Steve Nicks), Because the night de Patti Smith (que escribió Bruce Springsteen e interpretó años más tarde), Don’t you forget about me de Simple Minds, su himno (que rechazó Billy Joel) o Bowie y Golden Age (que iba para un Elvis de capa caída). De todo en la viña del señor.
jarto
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No tengo demasiados prejuicios musicales en lo que se refiere a géneros, unos me gustan más que otros, sin más. Lo que más me tira para atrás es la pretenciosidad, y más si resulta fallida. Hablando en plata, sin mamoneos, porque ya hay bastante en el mundo para que además pervierta lo que más queremos: la música.