Yo La Tengo en La Riviera, Madrid
«You can take what you can get».
Esta fue la frase que cantó Ira Kaplan y que se me quedó impresa tras el concierto. Pertenece a uno de los mejores momentos del show, cuando cantó Black Flowers del disco I Am Not Afraid Of You And I Will Beat Your Ass. Y es que Yo La Tengo vinieron a mucho más que defender su último y notable disco, Fade. Vinieron a hablar con el público y a compartir con todos una de las carreras más longevas, meritorias y brillantes de la música. A hablar de madurez desde el recuerdo. Los de Hobooken contaban sus experiencias en la carretera, en su estudio y en su casa. Y el público recordaba qué estaba haciendo en 1997 cuando compró I Can Hear The Heart Beating As One o cómo se lo descubrió la novia de su adolescencia regalándole el Painful.
No hubo teloneros, a las 9:30 comenzaron puntuales con un set acústico en el que tocaron fundamentalmente canciones del Fade. Aunque cayó alguna de discos antiguos. Una suerte de publico que en su mayor parte guardaba silencio y escuchaba lo que sonaba. Una hora de reloj siguieron así y por mí podrían haber seguido así horas. Pero a las 10:20 se marcharon para volver eléctricos y apoteósicos. Volvimos a los Yo La Tengo del pasado, que destrozaban guitarras y machacaban los tímpanos con gran sensibilidad pop. Fue desde las 10:00 hasta las 12:00. Casi tres horas de concierto, intensas y sin ni un bajón.
A partir de entonces hicieron un recorrido por su historia en la que no faltaron éxitos de todas las épocas, la efectiva Sugarcube, Let’s save Tony Orlando’s House o Moby octopad entre otras. Ira Kaplan, Georgia Hubley James McNew alternaban sus voces y sus puestos. Y era un verdadero placer ver a Ira cuando cogía/estrujaba su guitarra ante un atónito y fascinado público, al que también regalaron las versiones This is where I belong y Gates of Steel de The Kinks y DEVO respectivamente.
Lo que vimos no fue solo un recorrido por el Fade, nos mostraron también la historia de uno de los grupos más grandes del indie Rock. Uno que no hizo ruido, ni tuvo el éxito/suerte del Goo de Sonic Youth o Freak Scene de Dinosaur Jr. Ellos escogieron el camino más largo y pausado. Y ahora estamos aquí ante ellos y parecen haber llegado a su destino, su proyecto está completo; solo queda disfrutar de lo que hemos aprendido en el camino.
El mejor concierto en el que he estado de Yo La Tengo hasta la fecha. Y eso es mucho decir.
Puntuación: 10/10
texto: Tanis Bollain / foto: Bradalmanac (Creative Commons)