El legado de ‘Blue Monday’: 30 aniversario
Se acaban de cumplir tres décadas de la publicación de Blue Monday, un tema que supuso un antes y un después en la música indie y comercial, en la electrónica, new wave y dance, y en cientos de artistas. Y es que si ya de por sí el legado de New Order en las nuevas y no tan nuevas generaciones es indudable, el caso de esta canción es tema aparte. Porque aunque cuenta con el sello de la banda de Manchester, sus grandes clásicos no tenían una vena tan descaradamente dance (Love bizarre triangle, su otro gran clásico, resultaba más coherente con el resto de su obra). Además la música que sonaba en las estaciones de radio de la época (mucho más abiertas que ahora) distaba de esta fórmula que en realidad anticipó lo que estalló a finales de la década y principios de la siguiente. Dance elegante, opresivo, muy electrónico y por supuesto melancólico, que no endulzado, sino más bien agrio y rencoroso.
Por otra parte, para la propia banda también supuso un salto cuantitativo. A pesar de que como se ha mencionado el tema no define tanto a New Order como otros, también fue el abanderado del gran giro de la misma. Tras un Movement que recordaba demasiado a Joy Division, en Power, Corruption & Lies, el disco que lo contenía, se sumergieron en un mundo más sintetizado sin perder su esencia. Tampoco hay que olvidar que su éxito y repercusión también sirvió para erigir el género como uno más, sin ninguneos (por aquellos años muchos «expertos» no consideraban la electrónica como música por su origen no orgánico).
I feel love de Donna Summer dio el primer paso, Depeche Mode con Just can’t get enough pavimentaron aún más el camino, pero Blue Monday sentó las bases definiendo el concepto dance puro a un nivel más vox populi, tomando además inspiración en Kraftwerk y su imprescindible papel en el nacimiento de la electrónica, sin olvidar la escena house underground norteamericana. Pero quizás en el momento la influencia no resultó tan enorme como años después, ya que aunque contó con muy buena acogida en ventas (arrasó literalmente en Reino Unido), fue a través del paso del tiempo y las sucesivas versiones en single (la más destacada, la del 88) cuando se fue ganando la etiqueta de leyenda musical, traspasando géneros, ámbitos y fronteras. Además, ha envejecido la mar de bien; y es que, aunque suene a puro ochentas, no ha traspasado la barrera de lo kitsch y sigue siendo un pepinazo para la pista de baile. Por siempre Blue Monday. Amén.
jarto