Small Black – Limits of Desire
Tras una portada tan horrenda como poco sutil, se esconde la obra de una banda que nació bajo el amparo de la efímera moda del chillwave y que por suerte se han alejado de la misma con cautela, manteniendo ciertos lazos eso sí. «¿Cómo siguen vivos?» se preguntarán algunos; y es que Small Black tampoco supuso uno de los proyectos más reconocidos de esta corriente (tampoco de los que menos), quizás debido a un disco algo falto de ambición y demasiado homogéneo. Si no han caído en el olvido es por el hecho de haber parido unos cuantos temas brillantes que algunos todavía conservarán en su playlist favorita. Eso, y porque los adelantos de Limits of Desire se han hecho un hueco entre lo mejor de este 2013.
Free at dawn se presentó como una canción que sin querer romper moldes nos golpeaba directamente en el lado izquierdo del pecho gracias a su sincera emotividad. La lírica sencilla y empatizante, la contenida y vaporosa interpretación y sobre todo una instrumentación expansiva entre teclados y guitarras en continuo in crescendo se han ganado el cielo. Una Where the streets have no name del siglo XIX sin tanto ramalazo épico que debería estar fija en cualquier lista de lo mejor del año. Sin embargo el tono cambia bruscamente en una simpática Canoe, que nos baja de las nubes de un plumazo. Quizás colocarla tras No stranger, el otro gran adelanto que ya conocíamos, hubiese funcionado mejor, ya que a pesar de una menor intensidad que en el tema de apertura, las agradecidas sensaciones flotantes se mantienen, esta vez con un luminoso teclado en el papel principal y un inspirado tramo final melódico.
La reivindicación a Fleetwood Mac no termina, y si renovasen su sonido (si es que lo necesiten) casi seguro que firmarían Sophie, que recuerda tanto a Gypsy como a Seven wonders en el uso de teclados. Proper spirit tampoco se queda corta emparentándose con el mítico grupo, pero tira más hacia el soft rock y el resultado no acierta del todo. Breathless se erige como el número medianamente bailable del álbum, siempre entre una nube de humo sintetizado y ambiental y además un haz de balearic, aunque Only a shadow no se queda lejos, recordando en ciertos aspectos a los Everything But the Girl más moviditos. El tema homónimo no pasa de la etiqueta de relleno decente, pero se percibe una remontada evidente en la delicada Shook loves, balada muy ochentas (como buena parte del disco), de las de cóctel en la mano mientras se observa con melancolía las luces de la ciudad en una terraza del piso 23. Eso sí, el desconcertante final aporta un plus, junto a las voces femeninas y el satinado saxo presente durante buena parte del minutado. En una gran playa empieza Outskirts, que cierra el disco de manera notable con ciertos ecos exóticos, pulsaciones rítmicas exuberantes, aunque le acabe sobrando un minuto.
Vistas las notas otorgadas por otras publicaciones, parece que esta vez tampoco les va a llegar el reconocimiento mediático indie. Una pena, porque en este Limits of Desire Small Black han focalizado la experiencia hacia términos menos trillados, al menos a día de hoy, que en su debut. No obstante la homogeneidad en términos de producción sigue presente y puede jugar en su contra en un mundo donde la escucha feroz y rápida manda, y si no llamas demasiado la atención entre corte y corte estás perdido. Y sí, quizás también les falte esa pizca de carisma necesaria para alcanzar la gloria. Sin embargo el viaje que proponen merece al menos comprar un billete de ida y vuelta con poco equipaje. Pero también es muy posible que más de uno mantenga la vuelta abierta, lleve un gran maletón y se deje llevar…
Puntuación: 7,5 I Escúchalo: Spotify
jarto