Generación NME 2000: ¿quién ha sobrevivido?

franz_ferdinand

Hace relativamente poco que despedimos la primera década del nuevo siglo y ya vivimos cierta reivindicación del sonido de aquellos años. Por ello hemos tomado 15 bandas muy jóvenes en sus comienzos, generalmente británicas, lideradas por frotmans carismáticos, que a base de guitarrazos se desenvolvían generalmente entre el post-punk y el indie rock. Y que por supuesto NME amaba de manera visceral. Porque sí, a la publicación inglesa se le fue la mano regalando alas a cualquier conjunto de chavales con flequillo, guitarras y un poco de actitud. Los años han servido de criba y han constatado quién era flor de un día y quién se ha asentado, pero obviando su situación actual, la mayoría acaban de sacar disco, están a punto o han salido de gira, por lo que se encuentran de plena actualidad, unos con más peso que otros, claro está. Y sí, faltan ejemplos, pero es que hay tantos que daría para una tesis.

Como el primer día… o incluso mejor

Arctic Monkeys

A pesar de aparecer en escena como símbolo adolescente y desbocado, la banda  ha sabido transformar esa urgencia en cierta evolución quizás no especialmente más madura, y por ende aburrida, sino más bien canalla pero estilosa y sofisticada, sin que chirríe. Y Alex Turner podía haber acabado como un «it boy», pero ha dejado claro que su talento nunca fue de usar y tirar.

Friendly Fires

Entran a ras, ya que su debut data de 2009, y es verdad que solo cuentan con dos discos en el mercado; pero no es menos cierto que durante la locura NME hubo bandas que murieron antes de nacer. Ellos son un caso excepcional, porque aunque están bajo el amparo de la publicación, las guitarras no suponen el componente esencial de su obra, pero en el resto de aspectos sí que siguen las pautas. El caso es que sus dos álbumes, a pesar de cierto relleno, resultan muy apetecibles, y tienen unos cuantos himnos que quitan el aliento.

Foals

Con su debut tiraban de un post-punk un poco de manual pero realmente efectivo y adictivo. En Total Live Forever dejaban a un lado la rabia para abrazar un concepto igualmente juvenil, pero más bigger than life, como bien reza el título. Con Holy Fire siguen en racha y dejan en evidencia a otros coetáneos gracias a su coherente transformación hacia una banda adulta pero no aburguesada.

These New Puritans

Ya desde Elvis iban más allá del hit inmediato, pero fue con Hidden cuando nos dejaron con la boca abierta. Escupieron sobre su origen post-punk y parieron una obra de tal magnitud que merece un estudio sobre su papel en la música moderna. En el tercero no han conseguido una obra tan redonda, pero ponen de manifiesto que hacen lo que les da la real gana; y si el público se duerme y quieren guitarrazos y pose, que se vayan a Editors.

Franz Ferdinand

El descaro y desparpajo siempre se alzan como los baluartes más a tener en cuenta de estos escoceses, manteniéndose fieles a sí mismos durante una década. Quizás demasiado. A pesar de que hubo ramalazos de rebeldía, la realidad es que el mercado manda, y aunque sus singles y (algo menos) sus discos siguen molando (salvo sorpresas el nuevo no implosionará en nuestro cerebro pero gustará), la realidad es que su público se sigue aferrando a sus dos primeros largos. Pero ellos no tienen la culpa, que se lo digan a MGMT. Lo que no hay duda es que su directo siguen siendo la monda. Quizás deberían aparecer colocados en un término medio, pero su actitud dicharachera acaba prevaleciendo sobre el resto.

Ni chicha ni limoná

The Killers

Las hordas de fans siguen reventando sus conciertos, pero incluso ellos demuestran que siempre ha sido y será una banda de hits, balanceándose entre su lado más bailable y sintetizado (el primer y tercer disco) y rockero (el segundo y cuarto), para contentar a todos. Y con el paso del tiempo, muchos de los que creían en ellos como un símbolo indie (¿en qué momento?) vieron la realidad de un producto mainstream. Otros siguen viviendo en la inopia.

Maxïmo Park

Su mediocre tercer disco hacía presagiar lo peor, pero han remontado con el cuarto. En realidad podrían posicionarse entre la primera parte de esta clasificación y esta, ya que la sorpresa del pasado año, cuando nadie daba un duro por ellos, ha resultado tan grata que los chicos se merecen un voto de confianza, pero su directo ha perdido algo de fuelle con el paso del tiempo (sin dramas como Bloc Party, gracias a Dios), por lo que se quedan un poco en tierra de nadie. A ver qué sucede próximamente.

Klaxons

A la espera de un tercer disco que se supone que no tardará en llegar, por ahora se quedan en el purgatorio tras un notable debut y un segundo disco más flojo. Se han tomado su tiempo, sin dejar que la presión de la actitud carpe diem del público influya en su proceso creativo, por lo que puede que nos llevemos una sorpresa. Pero bueno, Bloc Party estuvo cuatro años sin disco y ahí está Four.

The Strokes

Su estrella se ha ido apagando tras un primer disco que revolucionó la escena rockera e independiente (a pesar de beber de clásicos como si no hubiese un mañana). Siguen viviendo en sus conciertos de esa bomba de relojería que es y siempre será Is this it, aunque tampoco es que sus últimos discos hayan sido un desastre total. Pero tras el tercero, los fans esperaban al menos un cuarto que pudiese mirar al segundo, e igual con el quinto, y ahí siguen esperando. Y posiblemente sucederá con el sexto… Pero hay que reconocer que resulta muy de divertido ver a parte de sus fans indignarse con temas como One way trigger.

Viviendo de las rentas

Jet

Nunca fueron más que un single con pegaba que de paso fusilaba a Iggy & The Stooges, y que por cierto sigue sonando en nuestras discotecas “indies” como el primer día (nótense las comillas). Espera, no, que el primer día sonaban en Los 40 y ya se sabe que la radio de Prisa es Lucifer. El tiempo les otorgó su condición de “indie”, al menos en España. Ya ves tú.

The Fratellis

Se separaron y volvieron hace un tiempo. En serio, ¿por qué?, ¿por un único hit? Que lo asuman, la gente que asiste a sus conciertos (en festivales, porque dudo que muchos paguen por verles en sala) solo quiere disfrutar del maldito hit. Después de eso, adiós muy buenas.

Kaiser Chiefs

Siempre resultaron la mar de majos, muy hooligans y desfasados, pero lo que nos hacía gracia la década pasada ahora no provoca ni un arqueo de ceja. Resulta muy probable que ya no vayas a escuchar sus nuevos discos, y si tocan en un festival puede que vayas a verlos, pero si hay algo mejor que hacer (normalmente beber) tampoco vas a llorar por perdértelos. Eso sí, si les pillas de fiesta únete, seguro que lo pasas mejor que viendo a su cantante encaramarse al escenario por decimoctava vez.

Bloc Party

Un primer disco alucinante con un directo arrollador ha acabado en un último disco que no hay por dónde coger, además de uno de los peores directos que se recuerdan. Es uno de los casos que más rabia da, ya que empezaron a lo grande y han caído tan tan bajo que incluso volver a un punto medio se antoja casi imposible. Esperemos que no, pero tampoco hay motivos para ser optimistas. Y es que hasta Kele ha perdido su sex appeal.

Editors

Otros con un buen debut que se fueron desinflando por el camino, incluyendo un devaneo con la electrónica y un cuarto disco que ha sido el último clavo de su ataúd. Incluso su directo ya no tiene el carácter vigoroso de antaño, pero no llega al nivel de descalabro de su nuevo material.

Compártelo:

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.