¿Se puede intentar contentar a todo el mundo?

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Una vez más, como ya sucedió en sendos álbumes previos, Lady Gaga vuelve a recurrir a estrellas (Empire of the Sun) y no tan estrellas (Purity Ring) del indie para que remezclen sus singles, cuando la mayoría de coetáneas optan por tirar de Bimbo Jones y similares que desembocan en catástrofes sonoras hechas a medida de Cocoloco (aunque ella también requiere de sus servicios de cuando en cuando). Desde aquí siempre hemos apoyado este tipo de mezcolanzas más allá de los resultados, donde las etiquetas son secundarias, y hasta cierto punto se agradece; pero es normal que también se generen ciertos pensamientos y provoquen reacciones encontradas entre fans y no fans.

Vale, aceptamos barco, a Gaga le a el indie. ¿Por qué no llegar hasta el final? Un disco de remezclas resulta curioso, pero porqué no aplicarlo en un álbum de estudio, con gente más o menos afín (los últimos The Knife, por ejemplo, pues no). No hace falta renegar de la esencia original del artista, sino crear un equilibrio en la línea de Arcade Fire en Reflektor junto a James Murphy. Pero claro, esto no está al alcance de todo el mundo, por mucho que se atribuyan los títulos de intérprete, compositor y/o productor. Además se está muy cómodo en el lecho de rosas del mainstream, donde un estribillo tan facilón como pegadizo te puede asegurar el número uno. Pero el éxito no es para siempre, y la supuesta nueva reina del pop no arrasa como antaño, por lo que quizás una revisión de su modus operandi tampoco estaría de más. Si los talifans se van a comer con patatas cualquier cosa, qué más da.

Y hablando de este subgrupo de individuos que tanto juego dan, más de uno escuchará alguno de sus discos de remezclas y pensará: «Un disco de remezclas,genial… ¿pero quién coño es toda esta gente?». Lo escuchará, porque es lo que toca, y puede que hasta les haga gracia algún corte, pero no concibo que adore revisiones tan peculiares como la de Wild Beasts o The Horrors. Entonces el objetivo principal recaerá en captar a un target más indie, para que quizás piensen: «Ey, esta tía sabe». No lo tengo yo tan claro, que ya sabemos que buena parte de la raza indie no admite petardadas, y menos que ambos mundos acaben juntos y revueltos, además de que se predice fácilmente que esto no va a ir más allá del experimento puntual. Eso sí, «applause» a Lady Gaga por provocar indignación en este sector aunque sea de manera involuntaria. Y nosotros aplaudimos, como siempre, los que no se dejan llevar por el origen del artista para despreciarle o ningunearle.

Sin embargo esta estrategia de querer contentar a todos sigue sin tener demasiado sentido. Parece que los beneficios no resultan demasiado claros, ya que ella no ganará demasiados fans con esta jugada. ¿Y los que remezclan ganarán? Pues habrá de todo: Purity Ring está claro que no, Empire of the Sun es más probable. En este segundo caso si nos referimos al fan más relajado, los talifans no destacan por su inquietud musical precisamente. El caso es que la pregunta pertinente es porqué Purity Ring, entre otros, se ofrecen a ello, porque corren el riesgo de perder fans, y sobre todo bajar en el escalafón de «guayismo» que tanto influye a la hora de catalogar una banda en la cabeza hipster de muchos individuos. Quizás no lo tengan en cuenta por el cheque y/o la luz cegadora de la fama. Sea la razón que sea, siempre alabaremos que artistas de ámbitos aparentemente opuestos mezclen sus habilidades, aunque por desgracia casi nunca hasta sus últimas consecuencias.

jarto

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