Especial reseñas: Yuck y Hebronix, ex compañeros

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Daniel Blumberg, ex líder de Yuck, les dejó plantados hace unos meses para centrarse en otros menesteres que ha terminado en forma de nuevo disco de su nuevo proyecto Hebronix. Parece que sin mal rollo, y viendo el poco tiempo que tardó en publicar Unreal (el anuncio de su marcha fue en abril, el lanzamiento en julio), es muy probable que ya estuviese manos a la obra y la visión de un segundo disco de su banda implicaría menos tiempo para su debut en solitario. Puede incluso que haya esbozos de Blumberg en alguna nueva canción de Yuck. El caso es que resulta interesante comparar ambos álbumes, ya que aunque ninguno reniega del genial primer disco, ambos han tomado sendas ligeramente alejadas de este, pero más alejadas todavía entre ellas.

Unreal, disco de Hebronix, toma el modelo de Rubber, tema del debut de su ex banda, prescindiendo de estructuras pop de clásicos como Get away o Georgia, mayoría en ese gran disco, y embarcarse en extensas aventuras sonoras que van más allá de un estribillo inmediato (hay seis temas, pero la duración total es de más de 40 minutos). Queda claro que Blumberg quería saltarse a la torera esta fórmula, y los que ansiaban algo del estilo previo saldrán despavoridos. Tanto ha focalizado sus esfuerzos hacia esta vertiente más experimental que el único tema de duración «normal» y corte más convencional resulta lo menos destacado del conjunto. Viral tampoco es un mal ejercicio de nostalgia (el comienzo y final a nivel instrumental tiene mucha miga), pero palidece ante la honestidad, crudeza y afán por el desconcierto de Unliving, el extremo de su nueva filosofía de trabajo. Wild whim y Unreal parecen dos de sus antiguos temas alargados sin pies ni cabeza, sobre todo el primero; porque hay veces que 10 minutos están justificados (Unliving), otras no. Sin embargo Garden y The Plan son una auténtica belleza, sensibles y audaces.

Yuck en cambio han querido desmarcarse de la rudeza de su debut en cuestión de sonido, para adentrarse en aguas más pop, ampliando el registro, incluyendo nuevos instrumentos. Vamos, que Dinasour Jr. ya no es el referente máximo y la faceta más pop de Teenage Fanclub domina. La luminosidad se detecta en las guitarras de Rebirth (un título muy acertado con la situación de la banda), los coros de Out of time o la jocosidad en el tono y letra de Lose my breath, melodicamente brillantes. También hay ecos de su predecesor, especialmente en la directa y urgente Middle sea («no quiero esperar para siempre, lo quiero ya»). Todo ello promulga una menor homogeneidad sonora respecto a su predecesor, pero no es menos cierto que cierta garra y frescura se ha perdido en el camino. ¿Sería Bloomberg el que la aportaba? Lo que no hay duda es que vocalmente se le echa de menos. Con todo se trata de un álbum que no decepcionará a los que adoraron el debut, aunque en general las críticas se estén cebando con él (mucha mala pécora). ¿Que es más amable y domado? Sí, pero habría que ir más allá de la actitud. Porque no siempre seremos jóvenes.

Ambos discos, sin resultar la cara y la cruz, no están dirigidos para el mismo tipo de público, aunque esperamos que más de uno y de dos puedan disfrutar de ambos. ¿Quién ha ganado entonces? Pues nosotros, como siempre.

Hebronix: Puntuación: 7,25 I Escúchalo: Spotify

Yuck: Puntuación: 7,5 I Escúchalo: Spotify

jarto

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