Crónica Daughn Gibson en la sala El Sol de Madrid
Del camión a los festivales. He ahí la historia de Daughn Gibson, un treintañero, músico de corazón y creador por necesidad para cubrir su soledad en un pequeño pueblo de Pensylvania. Aunque ya había tocado en grupos de rock y metal, no fue hasta que Matthew K., miembro de Pissed Jeans, quien tuvo que convencer a este hombretón de casi 2 metros y con el ‘sí’ de fábrica, de que su infecciosa mezcla de country y electrónica funcionaría. Y así fue, gracias al ojo avizor y a unos cuantos de euros del 981festival tuvimos la oportunidad este pasado martes de disfrutar en Madrid del concierto del americano.
A primera vista su presencia nos atrae pero es su falta de madera de artista sobre el escenario lo que nos extraña y convence a partes iguales. Daughn Gibson es un tipo rudo, bruto, el machote con sentimientos de la América profunda, en definitiva, un camionero -la tipica estampa española es válida-, que entre las marchas y el freno de mano le da al Ableton y emula a sus artistas favoritos del country americana. Y la formula funciona a tenor de la cantidad de hipsters, homosexuales y algún artista que otro, dispuestos a adentrarse en el mundo del americano. La sala, aunque un poco desangelada, focalizaba toda la atención en Daughn, que cubría toda la atención por sus maneras toscas de agarrar el micrófono, su sentimiento en cada golpe de ritmo y por su gravísima voz, protagonista por otra parte de su fórmula. A su lado, dos músicos, virtuosos de la vieja escuela country, quienes podrian ser perfectamente sus amigotes del pueblo. Un aporte que ha traido su segundo largo Me Moan, ya que en su primera referencia era él solo ante la tecnología.
Lo de la electrónica en Daughn Gibson es pura casualidad, ya que los loops y samples los utilizaba como un juego, y en realidad en muchas ocasiones no encajaba con el discurso del tema, véase en You don’t fade. Sin embargo ha sido el gancho para que muchos nos atraiga su fórmula, ya que en el escenario la pura influencia country rockera es mucho más que evidente, dejando de lado la parte del moderneo para adentrarnos en un mundo ajeno a los pitillos y jerseys de estampados. De hecho, su segundo disco es menos electrónico que All Hell, su anterior entrega, donde sí brillaron en el escenario los aportes electrónicos de Dandelious y Tiffany Lou. También nos ofreció una exclusiva You Make Me Glow, un tema más psicodélico y alegre que suponemos formará parte de una futura referencia.
Así, entre chascarrillos de Daughn, historietas varias sobre su pueblo, se pudo llenar mejor el espacio y disfrutar de un héroe local americano en el escenario. Entrañable y un rara avis en el mundillo moderno.