Crónica Mount Kimbie y Grobas en But, Madrid
Con este concierto de Mount Kimbie y la sesión de Grobas, 981 Heritage pone fin este a una programación de conciertos que desde octubre ha apostado por la calidad y el buen gusto. Además felicitar la organización por el buen trato al personal de prensa, con zona especial e invitación a alguna que otra cerveza.
Calentando motores comenzó Grobas, tomando el raro papel de telonero para un dj, algo que no se ve habitualmente. La fórmula no está mal escogida, y sirvió para ensalzar la figura del dj y de preparatorio para el baile de la propuesta de Mount Kimbie. Grobas armonizó la espera de los cada vez más asistentes con fino house en el que se pudieron escuchar temas de John Talabot y temas propios entre otros, con momentos verdaderamente mágicos del house actual pero con la mirada puesta en los felices años del baile de los 90 y 2000 donde todo era sentimiento en la pista de baile.
Mount Kimbie con dos discos en el mercado se ha ganado el respeto de público y crítica por su aportación al mundo post-dubstep desde una optica más amable y dirigido a un público más amplio sin perder ápice de experimentación, algo que se reflejó en la asistencia masiva de público a pesar del elevado precio de la entrada. Nos enfrentabamos a la presentación de su nuevo álbum Cold Spring Fault Less Youth -con portada realizada por Leif Podhajsky, por cierto-, una continuación a su aclamado Crooks & Lovers, un álbum repleto de momentos mágicos, ritmos lentos, post-dubstep pero con elementos más pop -en su colaboración con King Krule- de indietrónica y miminal techno. Toda una mezcla de influencias que solo hace dulcificar la electrónica para el disfrute de todos, tanto los aficionados al baile, como al dubstep y a las virguerías electrónicas.
La primera sección del concierto se centró más en la parte más indietrónica de carácter preciso, mezcla entre guitarra y sintetizador y con la voz de Dominic Maker en temas como Home Recording o Lie near, en modo hermanamiento con The Postal Service. A medida que avanzaba el concierto la cosa se ponía más bailonga intercalando temas de su anterior entrega y dedicándose al bombo en cortes como Before I move off o Sullen ground creando un ambiente realmente mágico entre el baile pausado y el ambiente envolvente, algo así como unos Delorean practicando el post-dubstep. Temas como Ruby o Field dan cuenta de la particular y hábil creación sonora de Dominic y Kai, mezclando dubstep, guitarras y una visión interesante de la escena de club. Todo esta premeditado y lo que querían los ingleses eran un final apoteósico, visto la entrega absoluta del público en temas como Made to stray o la magnífica Blood and form, intensificado el bombo para crear una auténtica sesión techno emocional.
La etiqueta «post-» es lo que tiene y para los amantes de su primera entrega, mucho más pegada a ésta, su última entrega podría haber sido un paso en falso hacia la indietronica y por consiguiente al pop. Sin embargo no hay que dudar de la capacidad de removernos con el baile de Mount Kimbie, lo inteligente de su propuesta y de la mezcla de influencias. Son ingleses y la escena de club la llevan en la sangre, sin ser tan frio como los alemanes, así que lo que pudimos disfrutar fue de una lección de electrónica de calidad llevado al gran público y de grandes momentos para el baile emocional. Bravo por ellos.