Top: Kylie, del peor al mejor primer single (actualizado)
El comentario de un usuario sobre un post similar acerca de los primeros singles de Britney decía algo como «¿Y dónde está Toxic?». Eso demostró dos cosas: una, que la gente por no leer no lee ni los títulos, y dos, que a pesar de esta triste realidad y de su desconocimiento (fue segundo single), tenía más razón que un santo. ¿A quién se le ocurrió escoger Me against the music, gran tema por otra parte, en vez de Toxic? Y es que los primeros singles siempre resultan primordiales para la carrera comercial de cualquier artista, desde el más indie al más comercial, pero es en esta segunda vertiente donde se suelen centrar todos los esfuerzos para que un primer golpe de efecto se lleve los aplausos (y la pasta) del gran público. Como ya sucedió con la princesa del pop (!) y Depeche Mode, aprovechamos la filtración de Into the blue, primer single del nuevo disco de Kylie Minogue todavía sin título, para recopilar de peor a mejor todos los primeros singles de su carrera, sin incluir este último, que todavía es demasiado pronto para emitir un juicio más contundente. Lo que si se puede decir es que, pesar de su fichaje en Roc Nation y los rumores de un disco más r’n’b (habrá que escucharlo en su totalidad), por ahora ella sigue fiel a si misma en un luminoso ejercicio de dance pop.
Actualización: como el post tiene unos añitos, se han añadido los tres primeros singles de sus últimos discos.
14. 2 hearts (X, 2007)
Está bien variar de cuando en cuando, pero a Kylie le salió mal la jugada. El aire glam del tema destilaba cierto encanto y glamour, pero la canción no resultaba adictiva y la melodía aburría. Como relleno vale, pero como primer single no se alzaba como la mejor decisión posible, obviamente. Parece que no se puede salir del carril como otras (Madonna, básicamente, y no siempre) y no sufrir las consecuencias, porque al final el público desea un pepinazo bailable, y en el disco había varios, así que normal que haya pasado de ella totalmente y solo recuerde sus temas movidos. Y es que todo lo relacionado con la promoción del disco resultó algo caótico.
¿Mejor elección como primer single? Evidentemente no, y más teniendo In my arms, cuando Calvin Harris no sonaba a poligonero, aunque Wow o The one tampoco eran malas opciones.
13. Somekind of bliss (Impossible Princess, 1997)
Como no se comía un rosco y el resultado del dueto con Nick Cave nos dejó a todos boquiabiertos, la chiquilla llamó a un par de Manic Street Preachers, por aquella muy en boga, y le compusieron y produjeron un par de temas, entre ellos este primer single que por supuesto fue un fracaso, como todo el disco, bastante majo pero de tan ecléctico algo confuso. Las guitarras son bastante Manic, y ella se encuentra muy suelta, en plan «hago lo que quiero con mi pelo» (influida por su relación con Stéphane Sednaoui). Lo que le duró poco porque vivir en la sombra da libertad, pero no mantiene fresca la cuenta corriente.
¿Mejor elección como primer single? No había nada con demasiado gancho comercial, aunque la descarada Cowboy style o la balada electrónica Breathe podrían haber funcionado mejor (y lo hicieron, tampoco mucho más, como singles posteriores).
12. Say Something (DISCO, 2020)
Si vendes un álbum de música disco, lo mínimo es que el primer single resulte bailable. Tampoco es que estemos ante una balada, pero quizás no es para sonar en el Orgullo. No cala a la primera, tiene una estructura caprichosa y el estribillo se queda a medio gas, pero es verdad que el aire etéreo-disco tiene su aquel y la canción funciona como un todo. Pero no se trata de una carta de presentación al uso, y solo va a dirigida a fans con la mente un poco abierta. El público generalista pasará de ella y el fan base básico posiblemente también.
¿Mejor elección como primer single? Pues aún no se sabe, pero seguro que en el disco hay elecciones más radiables.
11. Word is out (Let’s get to it, 1991)
Aunque mucho gayer de manual se indignase por el rumor de un nuevo disco más r’n’b en detrimento del dance, lo mismo que le sucedió a Madonna con Hard Candy, la artista ya había experimentado con ritmos negros en su pasado. Otra cosa es que se comiese los mocos como con esta canción o All I see, y que ni en Estados Unidos tragasen (curiosamente sus temas de más éxito ahí fueron de corte dance). Se percibe cierto flow, y quizás en su momento tenía su aquel, pero a día de hoy suena bastante trasnochado.
¿Mejor elección como primer single? Mejor Give me just a little more time, que ha quedado algo más para la posteridad y hace gala de cierta influencia sesentera muy acertada (aunque a nivel vocal sea un horror).
10. Into the blue (Kiss Me Once, 2014)
Tras haber invertido un pasta para Aphrodite, y con unos resultados modestos, con el cambio a Roc Nation, el sello de Jay Z (Dios sabe qué pintaba ahí), en este nueva etapa Kylie estaba un poco low cost, como demostró la gira o el vídeo del primer single (a pesar de la presencia del guapísimo Clément Sibony). Un buen tema, eso sí, muy conservador, ya que es claramente deudor de All the lovers gracias a su aura entre épica y elevada, pero palideciendo en comparación. Pero para los fans, terminaba siendo irresistible.
¿Mejor elección como primer single? Tampoco había mucho donde elegir, porque I was gonna cancel tenía el sonido Pharrell de nuevo de moda por aquellos años, pero lo sacó como single y se la pegó bien pegada. Así que posible (y tristemente) no.
9. Dancing (Golden, 2017)
La mayoría de artistas pop norteamericanos tienen ese fase en la que tienen que volver a la tierra y marcarse un álbum pseudo country (que luego no lo suelen ser tanto). Lady Gaga, Justin Timberlake o Madonna lo hicieron, pero que una asutraliana cayese en este cliché era para levantar la ceja. El resultado le salió bien y obtuvo mejor reconocimiento que con su anterior álbum. La esencia de la artista se mantenía entre guitarras y arreglos del género, como quedaba patente en este adelanto, un tema quizás inofensivo pero la mar de majo y efectivo.
¿Mejor elección como primer single? Posiblemente, porque ha perdurado más que Stop from falling, la otra apuesta del largo. Era el que mejor trasladaba la idea de «soy la misma Kylie, pero con botas tejanas». Y además gozaba de un segundo estribillo con distorsiones vocales en plan Kygo muy de moda.
8. Slow (Body Language, 2003)
A las modernas les encantó, pero tras el bombazo de Fever este single supuso un jarro de agua fría para su carrera. Como se ha comentado, algunas se pueden permitir experimentar, pero a Kylie no le suele salir bien. Si tuvo cierta repercusión fue gracias al efecto arrastre del éxito previo, porque lo lanza a día de hoy y adiós muy buenas. Quizás se le subió el estatus a la cabeza y pensó que podía permitirse cualquier cosa (a ella o a su equipo), y va a ser que no. Aunque la producción sigue sonando moderna a día de hoy, la melodía manda en los mercados, y en este aspecto resultaba bastante perezosa.
¿Mejor elección como primer single? Quizás Red blooded woman, que además tenía un toque r’n’b ideal para Estados Unidos, habría conseguido mejores resultados.
7. Confide in me (Kylie Minogue, 1994)
La australiana nunca ha sido muy de baladas, y menos de singles, y menos todavía como primer single, y posiblemente la mejor se publicó como adelanto de este disco. Aunque en realidad cuenta con una base hasta medianamente bailable, la instrumentación orquestal y la intensidad del tono no dan para reventar la pista. A día de hoy suena un tanto desfasada, como tantas producciones noventeras (a veces hasta más que las ochenteras) y quizás una revisión en clave más moderna le vendría de perlas, como ya hicieron Hurts.
¿Mejor elección como primer single? Aunque solo sea por el hecho de tratarse de una de las preferidas por los fans, además de por lanzar una balada para variar, posiblemente sí.
6. The locomotion (Kylie, 1988)
Inaugurar tu carrera con la versión de una canción de éxito debería herir el orgullo de cualquier artista, salvo que tenga 19 años y sea más pava que Tamará Falcó. Si además el single lo peta, acabas defecando encima de tu ego para luego limpiarte el culo con un billete de 500. Durante los últimos años la tía va de digna y no la ha incluido en sus giras, cuando la revisión era todo buen rollo y diversión. Eso sí, en Abbey Road Sessions sí le hizo un hueco, quizás para otorgarle más entidad en una adaptación más parecida a la original. ¡Si la gracia de su versión era el toque kitsch! En fin…
¿Mejor elección como primer single?A pesar de que I should be so lucky es la monda, a nivel comercial le fue algo mejor a este, así que casi sí.
5. Hand on your heart (Enjoy yourself, 1989)
Había que explotar la gallina de los huevos de oro y al año siguiente Kylie ya tenía nuevo disco (y en 1990 y 91: no, Rihanna no fue la primera churrera), que también fue muy bien recibido. En parte sucedió gracias a un primer single que, aunque no ha quedado en la memoria colectiva tanto como otros, mantiene su inconfundible estilo de «qué feliz estoy, tía» e ilumina cualquier día nublado. Amor puro e inmaculado en la pista de baile, para qué más. Bueno, sí, un vídeo horrible como todos los que protagonizaba ella en la época, pero que a día de hoy nos hace añorar los ochenta por su evidente mal gusto.
¿Mejor elección como primer single? ¡Claro, tía!
4. All the lovers (Aphrodite, 2010)
Lo que podía haber acabado en orgía se convertía en un anuncio de compresas de gran presupuesto. Así era el clip del tema y transmitía de la mejor manera su ya citada afición por mostrar la pureza del amor a través de sus canciones. A nivel melódico no era la repanocha, y la primera vez que la escuchamos tampoco nos mató… hasta que llegaba el minuto 2. Ahí Stuart Price, con un riff de teclado a modo de subidón que parecía sacado de un Sonic (sin denostar: sus musiquillas eran gloriosas), nos compraba. Esto potenciaba a todo el conjunto, por lo que al final terminamos bailándola con los ojos cerrados y las manos apuntando al cielo.
¿Mejor elección como primer single? Quizás Get out of my way hubiese funcionado mejor, quién sabe, pero no supuso para nada una mala elección.
3. Spinning around (Light Years, 2000)
Allanó el terreno para su comeback tras los fracasos de buena parte de los noventa y gracias a él los adolescentes de aquella época la conocimos (bueno, algunos lo harían por la película de Street Fighter). Se trataba de un tema con la Kylie más pizpireta y divertida, la más molona (hasta Madonna lo sabía), pero sobre todo la más gay. Porque detrás de toda popstar siempre hay un rebaño de homofans, pero este single y el disco en general supusieron un punto y aparte en su carrera (¡virgen santa The disco needs you!). Tras su vuelta a los avernos los únicos que siguen apoyándola han sido ellos.
¿Mejor elección como primer single? Hay varios magníficos exponentes, y cualquiera de ellos hubiese sido una buena opción, quizás porque ninguno era una bomba en realidad.
2. Can’t get you out of my head (Fever, 2001)
Su single de comeback definitivo (comeback que la muy lerda no supo aprovechar, como ya se ha comentado) y que la puso a la cabeza de la modernidad pop de la época (o casi, que para eso Madonna publicó Music un año antes). Kylie se comió el mundo con patatas, porque además el resto de singles obtuvieron también su éxito ya que el disco era una maravilla. Pero volviendo a la canción, la perfecta mezcla de baile, sofisticación, vídeo icónico (con baile icónico incluido) y sencillez en su concepción melódica y lírica, pero a su vez tan acertada, han pasado a la historia de la música pop. Y además la «mashapeó» con Blue Monday. Lo más.
¿Mejor elección como primer single? Sí para un comeback, aunque Love at first sight esté entre sus temas más queridos.
1. Better the devil you know (Rythm of Love, 1990)
¿Debería haber sido el número uno Can’t get you out of my head? Posiblemente, pero el encanto de Kylie radica en el buen rollo de buena parte de su repertorio, incluso aunque hable de salir escaldada de una relación, como es el caso. Y eso su mayor éxito hasta la fecha no lo tiene. Aquí estamos ante un pelotazo que le gusta hasta a Nick Cave (y que por ello colaboró con ella unos años después) y que a pesar de tratarse de la época donde berreaba más que cantar, mantiene su estatus de clásico imperecedero. Bueno, y si copa la lista también es por este momento icónico, política pop en estado puro.
¿Mejor elección como primer single? Obvio.