Gardens & Villa – Dunes
Auténticos supervivientes de la efímera moda del chillwave, aunque muy a su pesar en segunda línea, Gardens & Villa han lanzado un nuevo álbum, Dunes, que mantiene vivo el espíritu de 2010, que a su vez mantiene vivo el de los 90. Viva el revival.
Quizás haya sido precisamente el no haber sido foco de nada lo que les haya permitido continuar haciendo música, lo que les haya salvado de morir de éxito. Podemos especular todo lo que queramos, pero lo único cierto es que este quinteto californiano ha sabido aprovechar este tiempo y, sin ser -aún- una maravilla, se han marcado un disco majo, mucho más oscuro que su homónimo predecesor, y con alguna canción que, con un poco de suerte, podría llegar a aparecer en las listas de finales de año.
Al empezar el disco, miedo, más de lo mismo. Domino reúne todo lo que Gardens & Villa eran en 2010 sin aportar nada nuevo; incluso está presente la flauta de pan, característica del sonido del grupo. Por suerte, cuatro minutos después todo cambia: Colony Glen bebe directamente del post punk de los ochenta, pero sin abandonar la esencia marca de la casa. Por fin arriesgan, aunque sea un poco.
El sonido de casi todas las canciones restantes, como Bullet Train o Chrysanthemums, fluctúa entre descartes de Beach House y cómo sonarían las Haim si hubieran aparecido hace cuatro años, aunque la sorpresa nos la vuelven a dar con Thunder Glove, una canción con una gran carga emocional con un riff repetitivo que, aunque difícilmente se convertirá en un himno generacional, sí puede ser considerada la canción más completa y madura que ha parido el grupo hasta la fecha.
Estos chicos, a mi parecer, tienen potencial, pero aún les queda un largo camino y muchos lastres que soltar antes de siquiera plantearse formar parte del olimpo del indie pop. No me malinterpretéis, son buenos, tienen buenas ideas y buena ejecución, pero lo malo de apuntarse al hype es tener que cambiar constantemente con él.
Puntuación: 5,9