Especial reseñas: discos a los que no avergüenza tildar de «bonitos»
La palabra «bonito» ha sido casi desterrada del periodismo contemporáneo por sonar demasiado simplista y ñoña, e incluso tal cruzada ha superado los límites de revistas y webs para acabar imperando en las conversaciones más intelectualoides, gafapastiles y/o jípters. Como todo en esta vida, el contexto puede otorgar o arrebatar validez a cualquier cosa, y en este caso de tanto usar una palabra se nos acabó el amor hacia ella. Pero maldita sea, hay obras que merecen este calificativo como definición más fidedigna, que por supuesto luego se puede aderezar con otras bonitas palabras (mierda), sin duda, y a las que no vamos a quitarles este adjetivo cuando se lo merecen en su sentido más pleno y positivo. Y es que no todo el mundo tiene el privilegio de ganárselo, pero los cuatro álbumes que os presentamos con honores: dos que nos dejamos en el tintero en 2013, publicados durante la segunda mitad del año (los de Volcano Choir y Money), más dos novedades de este 2014 (Ásgeir y Gem Club).
Money – Shadow of Heaven
A veces la elección de un nombre adecuado para una banda puede ser crucial a la hora de llamar la atención entre hordas de novedades que invaden día a día el panorama musical internacional. Eso y un buen material, por supuesto. Los chicos de Money fallan en lo evidente, por eso Shadow of Heaven, su esplendoroso debut, no ha contado quizás con la repercusión acorde a su calidad. Se reúnen los cinco temas que ya conocíamos de este cuarteto de Manchester, que se decantaban por el indie pop con bocanadas de dream pop, donde ya destacaban la inmensa Bluebell fields, una pieza tan sugerente y preciosista que asusta, y el himno Hold me forever, de esos de cantar en el coche mientras atardece, con la ventanilla bajada y mirando de reojo a tu objeto de deseo. Los nuevos temas siguen la misma línea, quizás sin dos hits tan claros, pero no decepcionan, manteniendo el tono melodramático y el gusto por los ambientes vaporosos a nivel sonoro, que no vocal, ya que la interpretación de Jamie Lee resulta generalmente clara, además de pasional y catártica (o ambas, como en Cruelty of godliness). También nos perturban con algún pasaje tumultuoso (Cold water), pero sin perder la belleza que impera en buena parte de este espléndido álbum, de los que calan profundamente si lo disfrutamos en plenitud y no como mero pasatiempo. Crece, y mucho.
Puntuación: 7,9 / Escúchalo: Spotify
Volcano Choir – Repave
El proyecto paralelo de Justin Vernon confirmó el pasado septiembre, gracias a este segundo disco, que no se trataba de un capricho pasajero y que podría tener el mismo peso o más en su carrera que Bon Iver (incluso puso en duda la continuidad de este último). En realidad, aunque cada uno con sus peculiaridades, Repave de Volcano Choir podría tratarse del nuevo álbum de su hermano mayor, pero en una onda mucho más vivaz, sin tanta contención y delicadeza, pero igual de hermoso en su ejecución. Su sonido no se presenta entre algodones, sino que, al igual que en la portada, encontramos un mar en constante movimiento, que puede mostrarse más bravo (la primera mitad) o más sosegado (la segunda), pero jamás adocenado. Y es que resulta patente que Vernon no está solo en esta epopeya y se apoya en las virtudes de sus compañeros a la hora de parir ocho temas que forman un conjunto donde no sobra nada. Sigue mostrando su indiscutible sensibilidad, pero ya no llora por las esquinas como algunos siempre le echan en cara, sino que se descubre más bullicioso y dinámico, por lo que sin dejar escapar su esencia es capaz de seducirnos a través de otros tonos y matices. A ver qué tal se les da el directo, ya que la banda forma parte del cartel de Primavera Sound 2014.
Puntuación: 8 / Escúchalo: Spotify
Ásgeir – In the Silence
Arriba hablábamos de Justin Vernon, que estará muy orgulloso de contar con alumnos de la talla del islandés Ásgeir. O quizás se sienta hasta celoso, ya que se no se trata de un plagiador cualquiera sin oficio ni beneficio. Y que es tras un debut en su lengua materna, el chico de solo 21 años se ha trabajado un gran segundo disco en inglés que puede mirar a los ojos a cualquiera de Bon Iver. El falsete de su ídolo está todavía más explotado, pero no satura en once canciones donde no parece que haya un postadolescente detrás de una lírica claramente madura pero no pretenciosa, algo habitual en artistas jóvenes y con talento. Se percibe honestidad en toda la obra, lo que se refleja, aparte de en las letras, en la producción, que dentro de su sencillez resulta rica y variada, pero sin exceso de florituras, eso sin obviar una capacidad melódica impecable. Todos los elementos fluyen y se entremezclan a la perfección, tejiendo un tapiz sonoro que hará las delicias de muchos en temas como el homónimo, Torrent, Summer guest o In harmony (por cierto, el primer single King and cross, aunque excelso, no refleja demasiado el espíritu del disco). Quizás a In the Silence solo le falte esa chispa de grandeza para alcanzar los corazones de millones de personas, pero tiempo al tiempo, el chico es descaradamente joven y va por el mejor de los camino.
Puntuación: 8,2 / Escúchalo: Spotify
Gem Club – In Roses
Cuando un piano de corte melancólico protagoniza buena parte de un disco las reacciones pueden resultar extremas: por una parte estarán los que se emocionen si este se emplea con gracia y sin caer en recursos facilones, y por otra los que salgan espantados ante lo que ellos considerarían el súmmun de la melosidad y el tedio. Por suerte Gem Club puede encandilar a un amplio espectro del público, y sí, In Roses no es la alegría de la huerta, así que si eres un fan de la tralla constante, mejor pasa de largo. La importancia de las melodías, ya que al fin y al cabo estamos ante un álbum de (chamber y ambient) pop, y las atmósferas generadas más allá del piano, donde juegan un papel preponderante el cello y los sintetizadores, no restan protagonismo a la columna vertebral sonora de la obra o a la vulnerable voz de Christopher con la ayuda de Ieva y Kristen. Esto también ayuda a una mayor heterogeneidad respecto a su debut, a pesar de que al final se trate de una obra que no varíe demasiado entre pista y pista, presentando un conjunto muy compacto que quizás necesita de varias escuchas para despegar unas de otras. Pero se trata de un esfuerzo que tiene su recompensa, ya que el álbum, que no protagonizará posiblemente las listas de lo mejor del año, ya que, para qué negarlo, se trata de una obra poco transgresora o trascendente respecto al contexto actual, sí que supondrá una punzada en el corazón de muchos. Una punzada en forma de oda a la aflicción sobria.
Puntuación: 7,7 / Escúchalo: Spotify