5 razones por las que Amaral siguen molando

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Tras más de 15 años en la palestra, el dúo Amaral han vuelto esta semana con Ratonera, primer y polémico single de un disco todavía sin título ni fecha exacta (en principio septiembre). Habrá que esperar unos días, pero no tampoco supone uno de sus mejores temas, lo que tampoco importa porque durante todo este tiempo han demostrado que son capaces de parir discos más que decentes, y sobre todo temazos como la copa de un pino, así que no hace falta sacar conclusiones anticipadas. Por lo que, obviando el destino de su nuevo disco (aunque esperamos lo mejor), Eva y Juan siguen molando, por diversas razones, todas encuadradas en esta última época.

Su capacidad de adaptación

Pensada o no, la estrategia que han llevado estos últimos años es de aplauso. Cuando la radiofórmula no resultaba tan limitada, ellos eran reyes y supieron aprovechar esa época, pero en el momento que incluso estrellas nacionales consagradas perdían fuelle porque Los 40 y sucedáneos les daban la espalda, entre ellos Juan y Eva, abandonaron el barco justo antes de que se hundiese, cuando la popularidad de bandas como Love of Lesbian o Vetusta Morla, sin sonar en la radio, estaba y está en alza. Ahora mantienen a parte de los fans del pasado y se han hecho un hueco en el corazón de algunos que antes no les seguían.

Que hablen de política

Como ya se comentó en este artículo, parece que mientras que en otros países la música sí que estrecha lazos con la ideología política, en España es casi tema tabú. Obviando si las ideas pregonadas se comparten o no, o incluso si no aprecias que ambos mundos se den la mano, la realidad es que esto debería cambiar, porque ni todo debería estar politizado, ni tampoco lo que a día de hoy sucede, que su presencia resulta mínima. Ellos, junto con el gran Alberto González como realizador, han publicado un tema y vídeo que oscila entre la crudeza e ironía que ya está llamando la atención. Y generará polémica, sobre todo en la derecha más anquilosada (aunque repartan hostias para la mayoría) y por la izquierda extrema que saque de quicio cualquier detalle de este último movimiento (que si oportunistas, que si ahora muerden la mano que les dio de comer, etc.). Claro que se le podrán sacar pegas, pero valoremos el contexto.

No esconden lo que son

A pesar del año de cambios que supuso 2011, ellos mantuvieron y mantienen la esencia de la que nacieron, sin maquillar ni pretender ser algo que nunca han pretendido. Muchos han incidido en que han vivido un proceso de «indiezación», pero simplemente se han despojado de ciertas cadenas que les impedían evolucionar, lo justo, sin giros dramáticos ni cambios de estilo forzados, pero que para algunos peces gordos ya supondría un suicidio comercial. Quizás deberían haberlo hecho hace más tiempo, porque hubiesen sido los mismos y las consecuencias habrían sido mínimas, porque otra cosa no será, pero jamás han pretendido ser algo que no fuesen: pop comercial en la acepción más positiva.

Que dejen en evidencia a ciertos individuos

Incluso un par de años después de dejar un gran sello y cierto giro en su sonido, muchos seguían siendo escépticos más allá de la calidad musical de la banda. Este escepticismo se generaba debido a su origen de radiofórmula, y por ejemplo se pudo comprobar en reacciones en redes y blogs al conocer su asistencia al último Dcode. La misma monserga de siempre soltada por gente que defeca sobre Amaral pero aman a muerte a Lori Meyers, cuando la distancia entre ambos resulta anecdótica. Quizás si se los encontrasen más Malasaña (pululan mucho por el barrio) cambiarían de opinión. Sí, es una manera muy burda de plantearlo, pero no dan para más los pobres. Y es que el pasado siempre pesa, aunque no siempre determine del todo lo que uno es.

Son capaces de hacer un directo sin casi éxitos y triunfar con holgura

No negaremos que no le haríamos ascos a escuchar en directo algunos clásicos básicos del pop español, pero si pueden llevar a cabo un concierto prescindiendo de la mayoría y a pesar de todo mantener el interés y la intensidad, olé su riesgo. Además demuestran que no tienen que dejarse guiar siempre por el público; ya lo hicieron hasta la gira de Gato Negro Dragón Rojo, pero a partir de Hacia Lo Salvaje, y sin perder su identidad, no quisieron seguir por la senda de la mayoría de bandas comerciales, con directos que acaban siendo un greatest hits sin sorpresas y hechos a medida para un público acomodado. Que nos despierten, que falta nos hace.

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