Metronomy – Love Letters
No cabe duda alguna de que Metronomy alcanzó con su tercer álbum, The English Riviera, una relevancia y popularidad que pocos habíamos previsto. Se conviertieron en un grupo de moda, y se esperaba de ellos que repitieran la fórmula que les había dado tantos buenos resultados. Lejos de acomodarse, el cuarteto liderado por Joseph Mount ha despachado un disco en el que presume descaradamente de sus influencias (esas que nos enseñaban en el LateNightTales que lanzaron en 2012, que van desde Alan Parsons hasta Kate & Anna McGarrigle), a pesar de lo desconcertados que dejen a sus fans.
Que a Mount le encanta el pasado es algo que nos ha quedado clarísimo desde el principio, pero el revival principalmente ochentero al que se abrazaba en sus inicios ha dado paso en Love Letters a una reinterpretación libre de los sonidos setenteros, del flower power, la psicodelia y de la electrónica más orgánica, propios de una época en la que todavía quedaba mucho por descubrir. Metronomy idealizan el Summer of Love, y además garantizan la continuidad de sus ritmos optimistas y buenrollistas, gracias a canciones como The Upsetter, Reservoir o Love Letters, que bien podría servir como banda sonora oficiosa de Hair, el musical. Love Letters es, precisamente, una de las canciones que más se alejan de los Metronomy más accesibles, los de The Bay, y lo hace sin miedo y sin prejuicios. Como si los británicos no tuvieran que demostrarle nada a nadie ya.
Ya en The English Riviera los de Devon soltaron alguna marcianada genial, como Loving Arm, que no llegaba a encajar del todo en el conjunto, pero resultaba imprescindible para entenderlo. En este nuevo trabajo se da una situación diferente: se podría decir que todo el álbum es una colección de marcianadas geniales e imprescindibles (la instrumental Boy Racers gana con cada escucha), con un denominador común que resulta ser, además, el sonido característico del cuarteto inglés. Por rara que nos pueda parecer Month of Sundays, por ejemplo, ¿no nos resulta acaso un poco familiar, incluso previsible?
Estéticamente, con Love Letters ocurre lo mismo que con las películas de Wes Anderson (salvando las distancias): el contenido es de lo más moderno, aunque el continente es de una apariencia clásica y perfeccionista, como se hacían las cosas antes. Savoir faire y una mirada retro para contar historias del frenético presente, o incluso de un fascinante futuro.
Probablemente, Metronomy sigan explorando y orientando su sonido hacia el lado colorido y bonito de la psicodelia. Quizás se posicionen como referentes de este estilo, llenando el espacio que MGMT dejaron libre y en el que Tame Impala no encajan por mucho que intenten. Quizás dejen de experimentar y se pasen a lo fácil. El tiempo dirá, pero de momento, disfrutemos de estas joyas de discos que uno a uno van revelando.
Puntuación: 8
Metronomy actuarán el jueves 29 de mayo en el Primavera Sound de Barcelona.