Crónica Paredes de Coura 2014: jueves
El primer día del festival Paredes de Coura 2014 sirvió para calentar motores, aunque lo bueno de verdad llegaría el jueves, con los dos escenarios (Vodafone y Vodafone FM) funcionando a pleno rendimiento.
Los mallorquines Oso Leone –protagonistas de nuestro Music Alliance Pact de marzo de 2011 y viejos conocidos de esta casa– fueron los primeros en probar el escenario Vodafone (el principal) ante un público no demasiado numeroso, pero tampoco escaso. Y la mayoría sentados, sin forzar demasiado la máquina, ya que era a lo que el tiempo y el horario invitaban.
Mac DeMarco se ha erigido, de forma totalmente inexplicable, como ídolo de adolescentes y adultos (muy) jóvenes; la generación VICE, con toda probabilidad. El chico no es que sea un Adonis (aunque es bastante guapo), ni ha inventado la penicilina musicalmente hablando, pero tiene una presencia sobre el escenario que lo hace especial. Cae bien.
Cae tan bien y es tan majo que invita a los fans al escenario. Como aquella chica a la que subió a cantar Jammin’ de Bob Marley, y que sirvió de corista y bailarina improvisada durante gran parte del recital del canadiense; un concierto en el que DeMarco interpretó algunos de los temas incluidos en su último trabajo, Salad Days (Captured Tracks, 2014), como Treat Her Better, Blue Boy o Chamber of Reflection. Tampoco faltó el whiskey Jameson, ni los cigarros o el pintalabios que le dieron a DeMarco sus fans, con el que se pintó por hacer un poco la gracia. Un chaval majete.
Los escoceses CHVRCHES eran, para muchos, el plato fuerte de la noche. No era para menos, el hype había llegado a Portugal como a casi cualquier otro lugar de Occidente, y además era la primera vez que el trío actuaba en territorio luso. Con todo lleno y un sonido que dejaba mucho que desear (tendrían que hacérselo mirar, lo mismo sucedió en Barcelona), Lauren se dedicó, casi estática, a desagranar los grandes éxitos de su álbum debut The Bones of What You Believe (Goodbye Records, 2013), empezando por We Sink, pasando por Gun y sin olvidar su gran primer éxito: Recover. Solo cuando Martin, su compañero de formación (el de la gorra), tomó su testigo mientras ella abandonaba el escenario unos minutos, y cantó pero sobre todo bailó Under the Tide de manera absolutamente hipnotizante, la cosa se animó un poco.
Al llegar el último tema, el coreadísimo The Mother We Share tras los saludos de rigor, el público, a ratos escéptico y a veces entregado, terminó de comulgar con CHVRCHES. Puede que les falten tablas, sí, pero nadie puede negar que los chicos lo intentan, y que tienen el talento para llegar lejos.
Los otros escoceses de la noche, Franz Ferdinand, van muy sobrados de tablas, de hits, de energía y de buen rollo. Como auténticas leyendas vivas del indie rock que son, los de Glasgow congregaron a una multitud nunca antes vista en un festival que batió los récords de asistencia este año. Creo que no exagero si digo que absolutamente todo el festival estaba pendiente del show que los de Alex Kapranos ofrecería, y en el que interpretarían sus más grandes éxitos, que resultan ser también algunas delas canciones más reconocidas del indie rock internacional. Sin postureos, todo el mundo estaba pendiente de los cuatro británicos.
Franz Ferdinand son muy grandes sobre un escenario, y saben mantener el control de la fiesta; no se dedican a tocar y esperar a que el público reaccione, participan también en la jarana. Ayuda también el contar con canciones tan reconocidas como No You Girls, tema con el que empezaron su actuación, The Fallen, la lenta pero preciosa Walk Away, Michael, tema con el que el público enloqueció, o Can’t Stop Feeling, tema que mezclaron tímidamente con una sección de I Feel Love de Donna Summer. Tampoco faltaron temas de su último álbum, Right Thoughts, Right Words, Right Action (Domino Records, 2013), como Right Action, Bullet o Evil Eye. Sorprende, sin embargo, que no tocaran Fresh Strawberries, quinto sencillo extraído del álbum.
Los escoceses incluso ofrecieron un bis de cuatro canciones, que finalizaba con This Fire, momento que propició la locura colectiva. Definitivamente el fuego que provocaron en el público se les salió totalmente de control.
Fácil se lo pusieron al portugués White Haus y al dj francés Ivan Smagghe, que cerraban la segunda jornada del festival con un publico calentito, calentito en el escenario pequeño.
Fotos de Rui Oliveira/Global Imagens y Hugo Lima.