Crónica Paredes de Coura 2014: viernes

Tras la intensa jornada del día anterior, el viernes nos guardaba muchas sorpresas aún. Como Dawes, banda de apoyo de Conor Oberst que tuvieron también su minuto de gloria, a primera hora y en el escenario pequeño. El cuarteto folk de Los Ángeles quizás se merecía un poco más, pero cierto es que a esas horas tampoco es que el recinto se llenara demasiado.

Conor OberstCon Conor Oberst, sin embargo, Dawes saborearon las mieles del éxito. El ex Bright Eyes, que ofrecía su primer concierto en el país luso, congregó a una multitud que ansiosa por escuchar las canciones que el de Omaha, Nebraska ha ido componiendo a lo larga de su extensa carrera. No faltaron canciones de Upside Down Mountain (Nonesuch Records, 2014), su primer álbum en solitario, pero Oberst tampoco olvidó tocar algunas de las canciones que más han marcado su trayectoria, como Soul Singer in a Session Band o Lover I Don’t Have To Love, de Bright Eyes, o I Got the Reason #2, de su aventura con la Mystic Valley Band.

El concierto que Conor ofreció fue emotivo, melancólico y cercano, como su música, como él, como esa dedicatoria que hizo «a las dos amigas portuguesas» que tiene «en un bar de Nueva York». No sabéis lo afortunados que fuimos de poder ver a un monstruo del folk tan de cerca, tan cercano.

Black Lips

Black Lips, otros monstruos sobre el escenario, eran, extrañamente, uno de los platos fuertes de la noche. Parece ayer cuando este cuarteto estadounidense no paraban de dar conciertos, no llenaban, pero congregaban a un número importante de fieles. Parece ser que ese número de fieles se ha multiplicado. Ya son muchos los chicos malos que disfrutan del garage rock desenfadado de los de Atlanta. Como aquel hombre cebra, que de manera similar al hombre cocodrilo de Mac DeMarco, no paraba de bailar desde el momento en que lo subieron al escenario.

Black Lips, que ya cuentan con siete álbumes de estudio –el último, Underneath the Rainbow, lanzado en marzo– dejaron a portugueses y extranjeros contentos con su set, en el que no faltaron O Katrina!, Modern Art ni, por supuesto, Bad Kids. A estas alturas, Black Lips ya no sorprenden a nadie, pero ni falta que les hace. El que quiera saltar un poco y ver una verdadera exposición de actitud rock & roll sobre el escenario, ya sabe dónde acudir.

Cut/Copy

A pesar de que Black Lips habían dejado los ánimos ya caldeados, la fiesta de verdad no llegó hasta que Cut/Copy salieron al escenario. No os voy a engañar, lo mío con este trío australiano solo puede calificarse de devoción. Sin embargo, lo que se vivió el viernes por la noche quizás me da la razón: miles de personas que liberaban su mente y se dejaban llevar por el electropop contagioso de Dan Whitford y los suyos, que empezaron fuerte con We Are Explorers mientras detrás suyo se proyectaba el mantra «Free your mind» («libera tu mente»), mantra que todos los presentes hicimos nuestro, aunque sea por un momento.

El baile siguió cuando los australianos tocaron Take Me Over –canción que cuenta con un homenaje a Everywhere de Fleetwood Mac, temazo donde los haya–, o cuando tocaron So Haunted y Hearts on Fire, ambas de su aclamado segundo álbum In Ghost Colours, que los catapultó al estrellato indie a nivel mundial. Sin embargo fue con Need You Now, su canción más épica, y Lights And Music, tema con el que cerraron su set que desataron la histeria colectiva, y miles de almas libres se entregaron al hedonismo, quemando zapatilla de mala manera. Quien los haya visto sabrá de lo que hablo.

La fiesta, sin embargo, continuaba con los londinenses Cheatahs, o el dj set de su compatriota Fort Romeau, en el escenario pequeño. Nosotros, con Cut/Copy, habíamos llegado al clímax.

Fotos de Hugo Lima y Emilio Morales.

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