Kylie Minogue en Barclaycard Center, Madrid

CONCIERTO KYLIE MINOGUE

Qué horror llamar Barclaycard Center al antiguo Palacio de los Deportes, pero en fin. El caso es que había oído que el Kiss Me One Tour de Kylie Minogue decepcionaba, pero no quise saber ni cómo ni por qué, quería comprobar la verdad por mí mismo y evité informarme de cualquier tipo de detalle. Pero desde que se abre el telón el escenario ya no augura demasiado: recuerda una versión más grande del de Óperación Triunfo en TVE, es decir, una estructura hueca formada por cubos.  Nada que ver con el Aphrodite Tour. Porque sí, las comparaciones son inevitables ya que fue su última gira hasta ahora. La época Kiss Me Once ya se atisbaba low cost desde el primer vídeo (comparad All the lovers con Into the blue, por mucho que salga el guapísimo Clément Sibony), y el resto tampoco es que hayan despuntado, además de una promoción caótica y algo chapucera. Y para la gira no han querido tirar la casa por la ventana y la puesta en escena es bastante discreta.

Los vídeos en general nos transportaban a principios de los 2000, especialmente en la descafeinada primera parte. En general bastante reguleros salvo los de la segunda sección, tomando a Kraftwerk, Devo o Pet Shop Boys como referencia, y en el popurrí ochentero con el pink power inundándolo todo. Por cierto, esta parte la mejor resuelta y más divertida en lo que se refiere a atrezo, escenificando los vídeos de Hand on your heart, Never too late, Got to be certain y I should be so lucky. Qué por cierto, ahí casi dio carpetazo a su jocosa época ochentera, salvo por Locomotion a modo «improvisación» (las comillas son adrede: solo hay que ojear los setlists de los últimos conciertos y comprobar que también la tocó). De los noventa, y a ras porque es de 1990, Step back in time, pero nada más salvo un fragmento de Confide in me por petición popular (obviar Better the devil you know es de juzgado de guardia, siendo su mejor primer single y un símbolo de política pop en nuestro país).

Kylie va a lo que va, a los fans, sí, pero los de los 2000 en adelante, porque sabe que aquellos temas de sus comienzos no han perdurado lo suficiente y el fan medio no es muy de indagar en discografías extensas, ni si quiera en singles. Al menos entre estos tuvo buen ojo (salvo Timebomb), destacando la inclusión, y del tirón además, de los grandes hits de Light Years: Spinning around, On a night like this y su tema más homo (lo que ya es decir), Your disco needs you, eso, sí, sin speech en español (en su momento lo grabó en varios idiomas). Bueno, y Kids, que estaba incluido también, pero era más de Robbie Williams que de ella. Las cuatro fueron de lo mejor a todos los niveles y lo agradecimos horrores. Fever solo contó con dos representantes, Can’t get you out of my head, evidentemente, algo desangelada y que pide a gritos su mash up junto a Blue Monday, y Love at first sight, tan happy-flower como el primer día. De discos menores, Slow de Body Language, igual que la original salvo por un final guitarrero y macarra que no venía mucho a cuento, y Wow e In my arms de X, algo insípidas. All the lovers, si la comparas con el cierre de su última gira, fue para llorar, pero a secas dio el pego y sigue emocionando, y Get out of my way quedó bien resultona.

¿Y del disco que presenta? Cinco temas a correr. Les sex abre el concierto y hasta la segunda mitad no vuelve a acordarse de él con Sexercise, que prefiere a temas mejores como I was gonna cancel y Million miles. Era de suponer que el que da título a disco y gira sonase, y la verdad es que encandila, incluso tras el horror de Beautiful, esta vez sin Enrique Iglesias. También tenía que sonar Into the blue, quedando la duda de si cerraría el concierto debido a su escasa repercusión, pero al final así fue y no supuso una mala decisión. De Million miles por cierto interpretó un fragmento de nuevo por petición, y comentó que le dijeron que está funcionando bastante bien en España (tanto, tanto, tampoco, que no se pase). En esta sección basada en «que el público elija» se muestra cercana, tanto que hasta un fan subió al escenario para hacerse un selfie con ella y de paso hacer un poco el ridículo al berrear Crystallize y enseñarle una muñeca con la que duerme y que supuestamente la representaba (?). Ah, y no hay que olvidar la versión de Need you tonight de INXS, nada del otro jueves, pero reseñable ya que Michael Hutchence, líder la banda, salió con ella y murió tiempo después.

En su conjunto, salvo ciertas luces, sí, resulta algo decepcionante. En una popstar menos casi nunca es más, pero aparte hay demasiados aspectos poco trabajados (si hasta repitió el estilo vedette de Showgirl, y que no me vengan con que se trata de un autohomenaje), incluso horribles a nivel estético. Porque la anterior gira era kitsch, pero rezumaba profesionalidad y pasta bien invertida. Y Kylie es igual de maja que siempre, pero se le ve algo desaborida (¿soy yo o dejaba más peso vocal a sus coristas que otras veces?). Conclusión: Kylie no es Madonna (muchos me odiarán por decir esto), pero como esta, ya es toda una señora, y Kiss Me Once Tour no es Aphrodite Tour, ni lo intenta. Y lo peor es que se veía venir.

foto: Alberto Martín, vía Diario Información

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