Top 10: las mejores canciones de The New Pornographers
A pesar de un inicio tan pletórico y power pop como Brill Bruisers (la canción), el disco titulado también Brill Bruisers sigue la línea de los últimos dos lanzamientos de The New Pornographers. La edad se va notando en Newman, Case, Bejar y compañía, e himnos pasados tan poderosos y guitarreros como los de sus dos primeros discos dejaron paso a un clima de mayor calma (y se puede incluir quizás Twin Cinema, que era menos guitarrero, pero muy enérgico también). Sin embargo ese parecía el principal problema de Challengers y especialmente en Together, buenos discos (no existe un solo punto negro en su discografía), pero claramente mejorables, hasta que este último disco ha irrumpido, demostrando que el tono no era su mayor inconveniente. Quién sabe si se trataría de una etapa donde se compaginarían en menor medida o simplemente la inspiración no venía para quedarse, pero aquellos tiempos han terminado (por ahora).
Estamos ante un disco redondo que muestra una saludable imagen de madurez sin perder las cualidades que les hicieron grandes. Las letras abiertas a diferentes interpretaciones y las estructuras melódicas infecciosas todavía pegan fuerte, aunque el elemento rock sigue diluido salvo excepciones. Eso sí, a modo de novedad, se han permitido incluir elementos electrónicos (especialmente en la excelente Backstairs), que para nuestra sorpresa ni chocan ni resultan forzados. Además se atribuyen a su manera el brit-pop en War on the East Coast, vuelven al pop «supercalifragilístico» de Twin Cinema en Fantasy fools y Dancehall dominae, o Case se muestra frágil en Champions of red wine, a lo que no estamos muy acostumbrados, y enamora de principio a fin. Un disco sólido y variado que funciona mejor en su conjunto que por separado (salvo excepciones, no hay singles tan evidentes), y que de nuevo corona a la banda como la reina del indie-pop alternativo norteamericano de guitarras, que por cierto comparte con Spoon.
Puntuación: 8 / Escúchalo: Spotify
A colación de la reseña, aquí tenéis las diez mejores canciones de la banda para el que suscribe. Es una elección un tanto injusta, ya que hay decenas de ejemplos de contrastada calidad en su discografía que podrían haber entrado (ha sido una selección tortuosa, creedme). Más bien sirve para poder inmiscuirse en su obra de una manera accesible si no estás muy puesto en ellos, y si luego queréis más, ya sabéis, hay seis discos a vuestra disposición, todos en Spotify.
10. Unguided (Challengers, 2014)
La banda nunca ha sido muy de canciones largas, pero siempre hay excepciones: esta es la más durarera, y con bastante diferencia. No todo iban a ser estribillos pegadizos y por ello se embarcan en una magnífica epopeya sin demasiadas turbulencias a través de, para variar, una de sus líricas abiertas a diversas interpretaciones.
9. Star bodies (Twin Cinema, 2005)
El primer ejemplo de la lista donde queda demostrado que A.C. Newman y Neko Case son la mejor pareja interpretativa del panorama alternativo nortemamericano, incluso aunque ella solo acompañe en un estribillo que invita a sacar a bailar al que te pille más cerca y tenga ganas de jarana. Y si no las tiene, esta canción viene de perlas para solucionarlo.
8. The electric version (The Electric Version, 2003)
En el pop-rock siempre está la opción de potenciar el conjunto gracias a las guitarras eléctricas, más o menos de lo que habla la propia canción y lo que realmente sucede en la misma, aunque los teclados de corte clásico ayudan en generar un ambiente alocado que tan bien se les daba. La juventud es lo que tiene.
7. Myriad Harbour (Challengers, 2007)
Parece bastante tonta, por momentos casi como una canción infantil, y hasta para eso son unos genios. Sin embargo la realidad es que hay mucha sátira en el mensaje, retratando la llegada a la gran ciudad y tener que lidiar con la posibilidad de la fama, que siempre se presenta brillante y reluciente pero que al final siempre es un arma de doble filo.
6. Stacked Crooked (Twin Cinema, 2015)
El cierre de un disco memorable (mi favorito) tenía que ser a lo grande, obviamente, y esta canción hace gala de grandioso estribillo que no se repite dos o tres veces como en cualquier tema pop. Este además no llega hasta después de un clímax donde se relata la inestabilidad de una relación a punto de desmoronarse (por eso lo de la «pila torcida»). Pero cuando llega…
5. Brill Bruisers (Brill Bruisers, 2014)
En su disco anterior, el regular Together de 2010, se echaban de menos la inmediatez melódica de hits instantáneos y vigorizantes como el adelanto del disco comentado justo arriba. Aludiendo a un «maravilloso matón», de manera literal o figurativa, con ellos nunca se sabe, berrearemos un coro que podría ocupar toda la canción y todos tan contentos.
4. Letter form an occupant (Mass Romantic, 2000)
El primer single que conocimos de la banda fue y sigue siendo uno de los mayores exponentes de su talento a la hora de perpetrar brillantes joyas power pop. Y sobre componer canciones va la cosa, con sus momentos de frustración e histeria que pueden acabar en drama con uno mismo y con todo el que se cruce en el proceso de creación.
3. Sing me spanish techno (Twin Cinema, 2015)
¿Y cuál es el techno español? ¿Chimo Bayo? Y además tiene que castigar a su interlocutor por escuchar demasiado una canción del género. Con ellos nunca se sabe, así que mejor darlo todo con de uno de esos temas que escuchas para convertirte en un ser más feliz que Nyan Cat gracias a una de las estructuras melódicas más refrescantes y descaradamente pop de la última década.
2. The laws have changed (Electric Version, 2003)
«En su momento era un crimen, ahora las leyes han cambiado». Así empieza una canción política en un mundo post-11-s y que (posiblemente) se trataba de un dardo envenenado hacia la administración Bush y sus tan famosas y cuestionables decisiones. Mención aparte para la excelente química entre Case y Newman, que posiblemente encuentre aquí su cúspide.
1. The bleading heart show (Twin Cinema, 2005)
Mucha emoción desbocada en uno de esos temas tan bigger than life que aunque no entiendas una letra de lo más críptica (qué novedad), siempre podrás conectar con el (ya te lo digo yo) drama de una relación que hacer aguas. Y el increscendo que deriva en un explosivo final que no deja títere con cabeza ni corazón compungido.