Peaking Lights en la sala Taboo de Madrid
El viernes 7, gracias a Giradiscos, Peaking Lights junto con Steve Haudschidt visitaron por primera vez la ciudad de Madrid en concierto. Ya les teníamos ganas al matrimonio americano desde que en 2008 empezaran sus andaduras dub y psycodelicas. No fue hasta 2010 arropados por el sello Not Not Fun cuando tuvieron cierta trascendencia fuera de su América natal y de los círculos musicales cerrados donde se codeaban con artistas locales y autopublicaban referencias en casete y CDr. En 2011 publicaron su gran 939 y ahora sí pudieron concretizar su estilo y perfeccionarlo para las pequeñas masas. Tres años más tarde y con 2 discos a su espalda, publican Cosmic Logic, un esperado disco para saber por dónde nos iban a salir. Cierto es que su sonido nunca ha sido muy depurado, algo que le ha dado cierto aire de culto y en ese sentido el directo que presentaron en Madrid pretendían seguir por la misma senda. El público no fue demasiado numeroso, contrariamente a lo que se podía esperar, aunque sí deseoso de verlos en directo.
En cuanto a Steve Haudschidt, el joven treintañero preparó una sesión ambiente y de protoelectrónica que hizo sentarnos a todos en el los escalones e invitarnos a meditar con sus imágenes new age y cerveza en la mano. Tras el relax, la pareja de aspecto modesto, pero de arriba abajo vestidos con camisetas desteñidas con lejía y de colores, fiel a su imagen psychodelica y con un deje pasota y moderno. Han fichado en Domino y parece que el éxito no se les ha subido a la cabeza, pero tampoco es que se les haya subido en el directo, que, a pesar de un buen disco, fue por momentos demasiado poco para lo que esperábamos. Si bien, los temas de Cosmic Logic, en los aparatos de Aaron Coyes y a la voz Indra Dunis, sonaba a manipulación en directo, no podíamos dejar de pensar en un enlatado de órdago, mientras ella bailaba a su manera, algo sosa, sobre el escenario. Sonaron Breakdown –la más fiel a sus oríginenes-, Telephone Call, Hypnotic Hustle, Dream Beat (incluida en Lucifer) Everyone and Us, Dreamquest, Bad With the Good, entre un sonido demasiado parecido y una fiesta en toda regla, sobre todo con ésta última. Decimos fiesta porque en su última entrega, sin perder un ápice de su personalidad, se presenta más marchoso de lo habitual, con concesiones al baile en casi todos los temas.
Peaking Lights han seguido fieles a su estilo y forma de entender la música y no han querido ser fagocitados por las masas, y así ofrecieron un disco que si bien, no cumplió con las altas expectativas que uno podía esperar, hizo que uno se diera de bruces con la calidad técnica que se esperaba; a cambio se compensó con su estilo particular, ritualistico, de bajos fondos con un final hippie y buenrollista que es All the Sun That Shines.