Computadora – Naturaleza Utópica
Naturaleza Utópica abre con Tormeta tropical, que recuerda a Two Door Cinema Club (especialmente a I can’t talk), lo que puede confundir a los que no conozcan su material previo, y que incluso puede llegar a espantar a algunos. Sin embargo, si se avanza en la escucha, uno se dará cuenta que tales ramalazos resultan esporádicos y a lo que en realidad rinden pleitesía absoluta es a los ochenta, esa época dorada que nunca deja de reivindicarse, porque ya no es que su revival esté de moda, es que se ha asentado definitivamente en la cultura musical actual. Eso sí, a modo de anécdota, cabe decir que el cierre del disco, Siberia, también sugiere a la mentada banda inglesa (algo menos, eso sí).
Toman como modelo a la new wave en general y a Joy Division en particular, pero con matices, ya que tienen también muy en cuenta la vertiente más synth pop de la corriente, lo que aporta al disco un aura de lo más colorida, sin olvidarse de ciertos ecos a las bandas nacionales de los ochenta que se apuntaron al carro. Es importante tener en cuenta las referencias, pero vayamos al grueso: donde realmente brillan Computadora es en la confección de un excelente cancionero que podría catalogarse como un hit tras hit. Si tuviera que elegir me quedaba con la vitaníminica Luces y brillos, La ola, un temazo por el que Editors matarían a día de hoy, y la recuperada Pesadilla en 1986; pero en realidad el conjunto destaca por su equilibrio, sin acusados altibajos, lo que se agradece en un revival del género donde estamos acostumbrados a encontrar paja y más paja.
Por ello la obra del cuarteto no tiene nada que envidiar a bandas anglosajonas coetáneas. Porque parece que si se trata de un producto nacional se asume que siempre quedarán en un segundo plano. «Para ser español está bien»: no, chavales, está bien sea de Bristol o de Taipei, y si es una mierda, pues también. Esperamos que con la excusa del debut el año que viene sean invitados a la mitad de los festivales de nuestra geografía, y que estos se dejen de bandas nacionales que no dan una desde hace años y apuesten por la actualidad más brillante. Porque aunque no estemos ante unos chavales que acaben de empezar en el mundillo (tienen varios años a sus espaldas), ellos son el presente. Por cierto, si os estáis planteando adquirir el disco no dejéis de echarle un vistazo a la preciosa edición en vinilo.
Puntuación: 8